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Por Leonardo Coscia
Fertilidad puede perderse en adolescencia
23 de junio de 2006
La adolescencia es esa etapa de la vida donde se gestan los grandes cambios físicos y psíquicos de las personas. Por eso es importante prestar especial atención al desarrollos de los jóvenes.

Por eso, un grupo de ginecólogos, expertos en adolescencia, advirtió sobre la necesidad de "proteger la fertilidad" desde esa etapa de la vida, ya que es donde puede perderse. En este sentido, Inés de la Parra, especialista del Centro Latinoamericano Salud y Mujer (Celsam) y ex presidenta de la Sociedad de Ginecología Infanto Juvenil afirmó que "la endometriosis, la enfermedad pélvica inflamatoria y la poliquistósis ovárica pueden comprometer seriamente la fertilidad de una adolescente si no se hace un diagnóstico oportuno y se instituye el tratamiento adecuado".

"La mayoría de las adolescentes puede no desear quedar embarazada en el presente, pero si se les preguntara, seguramente ninguna desearía perder su capacidad de ser madres en el momento deseado", remarcó de la Parra. La especialista destacó la necesidad de que "los padres, los médicos, los educadores y las autoridades asuman el compromiso de proteger para el futuro la fertilidad de las adolescentes".

Además, De la Parra hizo hincapié en la necesidad de "no subestimar los síntomas ginecológicos de la pubertad, promover el uso del preservativo, admitir que los anticonceptivos orales aportan protección a la fertilidad futura y educar para que nuestras niñas no vean en el futuro frustrada su maternidad".

Según se detalló, una de las enfermedades que afecta la fertilidad es la poliquistosis ovárica, que es la patología endocrina (hormonal) más común en las mujeres y está asociada tanto con desórdenes reproductivos como metabólicos.

Además de restringir la capacidad ovárica de ovular normalmente, las mujeres con síndrome de ovario poliquístico presentan un mayor riesgo de tener carcinomas de endometrio, diabetes mellitus tipo 2 y posiblemente enfermedad cardiovascular.

"Esta enfermedad se presenta en grados diferentes durante el transcurso de la vida. En la adolescencia, luego de las primeras menstruaciones se puede manifestar por irregularidades menstruales, aumento del vello (cara, tórax, abdomen, etc.) seborrea, acné y caída del cabello", explicó De la Parra.

Según indicó la especialista, la acción de los anticonceptivos orales que contienen ciproterona o drospirenona en el tratamiento de pacientes con síndrome de ovario poliquístico, o que presentan acné o vello en exceso, es a través de la disminución de las hormonas androgénicas de origen ovárico (testosterona y androstenediona).

Por otro lado, otro de los males que puede causar la infertilidad es la endometriosis, que es la presencia de tejido endometrial anormalmente implantado fuera del útero y que compromete la integridad de las trompas de Falopio, los ovarios y otras estructuras pélvicas determinando en el 30 a 50 por ciento de las pacientes esterilidad por adherencias u obstrucción de las trompas.

Enrique Bagnati, miembro del Celsam y jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Rivadavia afirmó que "el 47 al 70 por ciento de las adolescentes con dolor menstrual intenso que no cede con analgésicos comunes o anticonceptivos orales padecen, al realizar una laparoscopía, endometriosis que en su mayoría se encuentra en un estadío inicial".

Cuando el diagnóstico es temprano y se instituye un tratamiento con anticonceptivos orales luego de esta intervención inicial, se logra un mejor control de la enfermedad, disminuyendo el daño a las trompas de Falopio y los ovarios mejorando así la posibilidad de lograr un embarazo en el futuro.

Por su parte, la enfermedad pélvica inflamatoria (que también perjudica la fertilidad) consta la infección del útero y las trompas de Falopio causada por gérmenes transmitidos a través de las relaciones sexuales, como el Gonococo (responsable de la Gonorrea o Blenorragia) y la Clamydia Trachomatis. Según la estimación de los especialistas, 1 de cada 60 consultas ginecológicas de mujeres de menos de 45 años arroja este diagnóstico.

Estas infecciones de transmisión sexual suelen producir cuadros de variada gravedad pudiendo llegar a la formación de abscesos internos que deben ser drenados a través de una operación quirúrgica.