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25 de abril de 2024
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Por Leonardo Coscia
Espasticidad y riesgo de discapacidad
1 de julio de 2006
Traumatismos craneanos, lesiones medulares, parálisis cerebral, esclerosis múltiple y accidente cerebrovascular son patologías que tienen algo en común: pueden causar lesiones del sistema nervioso central que en la gran mayoría de los casos producen espasticidad. Como resultado, la espasticidad se presenta como un fenómeno motor involuntario, caracterizado por el aumento del tono muscular en reposo y la contracción de los músculos al realizar el movimiento.

“Esta patología puede tener características leves o casi no ser percibida, o bien -cuando es severa- manifestarse en una contracción muscular involuntaria capaz de dificultar o incluso impedir la movilidad de una parte del cuerpo”, comentó Nélida Garretto, jefa del Área de Trastornos del Movimiento de la División Neurología del Hospital Ramos Mejía.

Una característica importante de esta patología es que cuanto más intenta el paciente movilizar el miembro afectado y cuanta más velocidad intenta ejercer, más resistencia y endurecimiento presentan los músculos. La presencia de espasticidad en un brazo o una pierna muchas veces se acompaña de disminución de la fuerza muscular y de fatiga.

Algunas consecuencias frecuentes de este cuadro son: riesgo de caídas, dificultad en la postura y al sentarse, contracturas, deformación de los miembros, dolor, depresión, movilidad reducida, dificultades para la higiene y cuidados personales, fatiga y disfunción sexual.

Un paciente espástico presenta una contracción muscular exagerada, la cual puede interferir con la función de un miembro. La aplicación de la toxina botulínica Botox en ese grupo muscular disfuncional o comprometido puede lograr su relajación, contribuyendo de esta manera a la posterior rehabilitación. Al aplicar Botox en los músculos afectados, generalmente se logra facilitar la tarea de rehabilitación, porque se disminuye la espasticidad y las contracturas musculares asociadas. Además, en ocasiones, se logran mejorar también la función motora, el equilibrio y la estabilidad.

"Existen dos factores de suma importancia: el enfoque interdisciplinario del paciente en rehabilitación y el uso de toxina botulínica como una alternativa útil para el tratamiento de la espasticidad", explicó Garretto.

Luego de la aplicación de la toxina, el siguiente paso clave es la rehabilitación física del paciente, especialmente si puede ser realizado por un equipo de terapistas físicos y terapistas ocupacionales. Este tratamiento interdisciplinario permite alcanzar una notable mejora en la calidad de vida del paciente que en muchos casos se siente en condición discapacitante antes de iniciar el tratamiento.

El tratamiento de la espasticidad con Botox ya cuenta con casi de 10 años de experiencia y excelentes resultados en el país. Por ser un tratamiento que se aplica a través de micro-inyecciones, no causa daño permanente del nervio ni produce cicatrices. Su aplicación por un médico con experiencia en el uso de la toxina botulínica reduce la posibilidad de efectos adversos, disminuyendo notablemente el endurecimiento de los músculos comprometidos y facilitando la movilización de las articulaciones y el trabajo de rehabilitación.

Consejos útiles para el paciente con espasticidad:

1. Consultar con un médico especialista para que indique el tratamiento adecuado 2. Evitar posiciones que causen o empeoren la espasticidad. 3. Hacer ejercicios lentos porque contribuyen en la rehabilitación de los músculos tratados. 4. Tomar en cuenta que mover un músculo espástico a una nueva posición puede causar más espasticidad. Si esto ocurre, deje pasar algunos minutos para que los músculos descansen.

“Las personas con secuelas neurológicas que resultan en espasticidad se ven muy afectadas en su vida diaria tanto emocional como físicamente”, destacó la especialista, quien explicó que muchos pacientes presentan dificultades en la realización de tareas rutinarias como sentarse, episodios de dolor, deformación de los miembros y, en la gran mayoría de los casos, cuadros de depresión por falta de independencia y por sentirse una carga para la familia.

El objetivo del tratamiento interdisciplinario de la espasticidad es mejorar la calidad de vida del paciente, desarrollando la movilidad, aliviando el dolor, disminuyendo los espasmos, aumentando el rango de movilidad, mejorando la posición y las posibilidades de higiene y actividades de la vida diaria del paciente.

El efecto de Botox se prolonga por alrededor de 3 a 6 meses, pero si se lo complementa con un plan de rehabilitación física, la recuperación global se puede sostener por períodos más prolongados. Otra ventaja del este tratamiento es el efecto analgésico, es decir que es capaz de aliviar el dolor actuando a través de diversos mecanismos.

Entre las 48 y 72 horas de aplicado Botox, el tratamiento se complementa con un programa de rehabilitación física. De esta manera en muchos pacientes se puede lograr una notable recuperación de la capacidad motriz, permitiendo que el paciente se reintegre a su vida con la mayor independencia posible.