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18 de abril de 2024
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Por Leonardo Coscia
Menopausia: hay que controlar la presión
18 de octubre de 2006
El control de la presión arterial es fundamental para las mujeres que entran en la etapa del climaterio, con el fin de reducir el riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares. En el marco del Día Mundial de la Menopausia, que se celebra el 18 de octubre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en el año 2030, 1.200 millones de mujeres serán mayores de 50 años, y un gran número de éstas vivirán durante décadas luego de la llegada de la menopausia.

Sin embargo, vidas más largas también traen consigo un marcado aumento de la incidencia de las enfermedades relacionadas con la pérdida o disminución de los niveles de estrógenos. Durante el climaterio de la mujer -que se extiende generalmente entre los 45 y 60 años- ésta presenta diversas alteraciones físicas y psíquicas asociadas con la caída de los niveles de las hormonas femeninas. Lo más importante es que las mujeres entiendan que estos síntomas no son una consecuencia inevitable del envejecimiento y que pueden tratarse.

El doctor Julio Seoane, asesor médico en ginecología de Schering AG, explicó que “las mujeres que entran más temprano a la menopausia viven una mayor parte de sus vidas sin el efecto protector del estrógeno, por lo que pueden estar en mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares”.

“Por ello, es tan importante que cuando la mujer entre en la etapa de la menopausia, y especialmente en la posmenopausia, tome precauciones adicionales que la ayudarán a preservar su calidad de vida y salud cardiovascular. Cuanto antes identifique los síntomas vinculados con el climaterio, será más fácil asumir cambios en su estilo de vida que la ayuden a disminuir los riesgos asociados con esta etapa”, remarcó Seoane.

El especialista destacó que “en general, el riesgo de las enfermedades cardiovasculares está asociado en mayor medida con los hombres”, pero consideró que “esto resulta paradójico al observar la evidencia clínica, que demuestra que el riesgo de enfermedades cardiovasculares aumenta luego de los 45 años de edad, mientras que para la mujer se incrementa con la llegada de la menopausia, independientemente de su edad”.

Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en las mujeres a nivel mundial; causando 8.6 millones de fallecimientos al año o un tercio del total. Mueren más mujeres que hombres por accidentes cardiovasculares. En los Estados Unidos, muere casi el doble de mujeres por enfermedades cardiovasculares en comparación con las muertes causadas por todos los tipos de cáncer combinados.

Los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares se dividen en aquellos que son controlables o que se pueden tratar, y los que no lo son y no se pueden modificar. La intención es que la mujer posmenopáusica esté en estrecha comunicación con su ginecólogo y su cardiólogo, a fin de crear y preservar hábitos de vida más saludables. En referencia a los factores de riesgo modificables, los siguientes son algunos consejos fáciles de seguir que ayudarán a la mujer a controlar estos factores y preservar su calidad de vida durante la menopausia:

1) Controlar la presión arterial: los niveles saludables de presión arterial normal para la mujer deben ser de 120/85 y no estar por encima de 130/85, en mujeres sin la presencia de otros factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares. Se estima que incluso leves elevaciones en los niveles de presión arterial pueden duplicar el riesgo de un ataque cardíaco o accidente cerebrovascular. Dentro de los esquemas de terapia de reemplazo hormonal (TRH), la combinación de drospirenona y estradiol es la única terapia que demostró científicamente que tiene este efecto beneficioso en la disminución de la presión arterial. Llevar una nutrición adecuada, el ejercicio físico regular, el consumo de poca sal, entre otros, pueden ayudar a disminuir la presión arterial.

2) Alcanzar y mantener niveles saludables de colesterol: los niveles elevados de colesterol en la sangre contribuyen, entre otros factores, a la acumulación de placas de aterosclerosis en las paredes de la arteria, lo cual puede reducir el flujo de oxígeno y sangre al corazón y el cerebro, trayendo como consecuencia los infartos y los accidentes cerebrovasculares.

3) Dejar de fumar: nunca es demasiado tarde para dejar el vicio del cigarrillo. La Sociedad Norteamericana de Menopausia estima que este simple paso puede tener un gran impacto positivo reduciendo el riesgo cardiovascular.

4) Tener una rutina regular de ejercicios físicos: la actividad física de manera periódica y rutinaria tiene un impacto positivo en la salud de la mujer en la menopausia, ya que mejora la circulación de la sangre en las arterias y, además, ayuda a controlar el peso y evitar el aumento del índice de masa corporal.

5) Alcanzar un peso corporal saludable: las mujeres que mantienen su peso corporal en los niveles saludables reducen hasta un 50% el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

6) Reducir los niveles de estrés: los estilos de vida con gran carga de estrés pueden contribuir al aumento del riesgo de las enfermedades cardiovasculares. Practicar la meditación, yoga u otro tipo de actividad antiestrés tiene un impacto beneficioso sobre la salud de la mujer y la preservación de su calidad de vida.

A pesar de que no existe evidencia clínica que demuestre la correlación directa entre la reducción de los niveles de estrógenos y las enfermedades cardiovasculares, los índices de enfermedad coronaria en las mujeres posmenopáusicas son de dos a tres veces más elevados que en mujeres de la misma edad que aún se encuentren en la etapa de la premenopausia. Estos indicadores han llevado a los científicos a pensar que el estrógeno tiene un efecto protector en la mujer. De aquí se deriva la importancia de hacerse un chequeo exhaustivo cuando llegan los primeros síntomas de la menopausia, para evaluar todos los factores de riesgo que estén presentes en la mujer.


Factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares en las mujeres:
- Edad avanzada, especialmente después de los 65 años.
- Presión arterial elevada.
- Niveles elevados de colesterol.
- Tabaquismo.
- Sedentarismo.
- Estrés.
- Diabetes.
- Consumo de más de tres copas de alcohol por día.
- Sobrepeso.
- Menopausia temprana antes de los 35 años.
- Ser de raza negra o afroamericana.
- Historia familiar de enfermedades cardiovasculares.