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Por Leonardo Coscia
Bulimia y anorexia: un llamado de atención
21 de noviembre de 2006
Las últimas noticias son preocupantes. La muerte de una modelo brasileña que sólo pesaba 40 kilos o el caso de la chica de 21 años San Luis que sólo pesa 28 kilos reavivaron el debate sobre la anorexia y la bulimia. La importancia que se concede al aspecto físico en la cultura occidental influye a muchas personas que se sienten descontentas con su imagen. La belleza física aparece siempre asociada al éxito social y profesional. Todos recordamos con facilidad los nombres de las principales modelos top pero nos resulta más complicado recordar los de aquellas mujeres con logros personales tan importantes como descubrir tratamientos eficaces para una enfermedad o defender los derechos humanos. Y esa realidad se puede palpar claramente en nuestra sociedad.

Entre el 12 y el 15 por ciento de los adolescentes argentinos padece bulimia o anorexia, graves trastornos de alimentación que afectan su vida personal y que implican, en muchos casos, un riesgo de muerte. Estas cifras surgen de una encuesta realizada por BACE, centro especializado en trastornos de alimentación.

El mismo estudio también estableció que el 90 por ciento de los afectados son mujeres y el 10 por ciento restante son varones, aunque este porcentaje ha ido en aumento en los últimos años. El relevamiento arrojó que el 70 por ciento de las adolescentes de entre 13 y 14 años quieren estar más delgadas, y el 10 por ciento expresó actitudes desordenadas al comer. “La detección precoz de un trastorno alimentario es de fundamental importancia, ya que el inicio del tratamiento, en estados tempranos de la enfermedad, aumenta las posibilidades de curación”, explicó Edith Szlazer, directora médica de BACE.

Por otra parte, cada 100 pacientes de BACE, 69 padecen bulimia y 31 anorexia. La bulimia es con frecuencia diagnosticada después de los 18 años, y en los últimos años se ha incrementado a un ritmo más rápido que la anorexia.
La anorexia nerviosa es un desorden alimenticio y psicológico a la vez. Esta condición va más allá del control del peso: el enfermo inicia un régimen alimenticio para perder peso hasta que esto se convierte en un símbolo de poder y control. De esta forma, el individuo llega al borde de la inanición con el objetivo de sentir dominio sobre su propio cuerpo. Esta obsesión es similar a una adicción a cualquier tipo de droga o sustancia.

Las características esenciales de este trastorno son la distorsión de la imagen corporal, sin reconocer el progreso de la delgadez y el sentimiento general de ineficacia personal. Al principio es sólo una cuestión de grados lo que diferencia a la anoréxica/o de los demás: ante un fracaso o siguiendo el consejo de una amiga surge el deseo de perder peso. Se ponen a dieta y se convierten en grandes expertas en el mundo de la dietética, siguiendo unas consignas mucho más duras y rígidas que las de sus amigas. Cuando las demás han dejado de hacer dieta, la persona con anorexia continúa.

En tanto, la bulimia es un desorden alimenticio. Esta enfermedad se caracteriza por episodios secretos de excesiva ingestión de alimentos, seguidos por métodos inapropiados para controlar el peso como el vómito autoinducido, el abuso de laxantes o diuréticos y la realización de ejercicios demasiado exigentes para el cuerpo. En un 70 por ciento de los casos este trastorno acompañado de anorexia (bulimarexia) y en un 30 por ciento se manifiesta como bulimia pura. La principal diferencia radica en que en la bulimarexia no sólo no hay adicción a los alimentos, sino que hay un rechazo expreso, intercalado de atracones esporádicos.

El acceso de bulimia o atracón se inicia con una sensación de hambre voraz e incontenible, con preferencia por los dulces y otros alimentos de alto valor calórico. La frecuencia de los atracones es muy variada y los enfermos pueden darse varios en el mismo día durante varios días seguidos. Con los atracones suelen sobrepasar las 5.000 calorías diarias. Hay bulímicos que han llegado a superar en un día las 25.000 y alguno ha muerto por dilatación aguda de estómago. La bulimia está considerada como una enfermedad invisible porque puede pasar mucho tiempo sin que el entorno del enfermo la perciba.

Este trastorno se caracteriza por la sensación de pérdida de control sobre la cantidad de alimento que uno toma. Algunos de sus síntomas son los atracones frecuentes con sentimientos de tristeza y culpa, vómitos posteriores a un atracón, esconder alimentos y comer a escondidas, historia de dietas y fluctuaciones importantes en el peso, y preocupación extrema por la figura y el peso. Hay personas que no se ajustan a todos estos criterios pero pueden tener pautas alimentarias bulímicas.