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Por Leonardo Coscia
Gripe: los argentinos todavía no se vacunan
3 de mayo de 2007
La gripe es un dolor de cabeza para las autoridades de salud de la Argentina. Causa más internaciones que cualquier otra enfermedad prevenible por vacuna: según datos internacionales, produce 220 mil internaciones y 36 mil muertes anuales en EE.UU.

En la Argentina, con relación a la población local, habría 20 mil internaciones y 3.500 muertes anuales. Y pese a que el Estado compra importantes cantidades de vacuna antigripal, menos de uno de cada tres individuos pertenecientes a los grupos de riesgo recibe la vacuna.

El total de personas con factores de riesgo (mayores de 65 años, diabéticos, asmáticos, enfermos pulmonares, cardiópatas, personas con VIH y/o sida, entre otros) es de 12 millones aproximadamente.

Todos ellos deberían vacunarse cada año, pero la compra de vacunas entre los sectores público y privado es de 3,9 millones de dosis, que alcanzan para apenas 32% de ese grupo. Aún así, lamentablemente todos los años quedan en el mercado vacunas sin utilizarse.

Daniel Stamboulian, presidente de la Fundación Centro de Estudios Infectológicos
(FUNCEI), señaló que “lo que tendríamos que mejorar es la prevención. La vacuna está disponible en hospitales, obras sociales, prepagas, en muchos casos en forma gratuita. Pero las tasas de cobertura en la Argentina son bajas en relación a otros países de la región. No sólo eso: ni siquiera los médicos, que conocemos tan bien los beneficios de la inmunización, se la indicamos a todos los que deberían recibirla”.

Diversas investigaciones abordaron este tema. A nivel local, el estudio “Vacunación antigripal y antineumocócica en Argentina: campañas en el geronte”, realizado por FUNCEI, indicó que, mientras en 1993 sólo el 15% de los médicos prescribía la vacuna antigripal a las personas de grupos de riesgo, tres años después, luego de intensivas campañas de concientización en la comunidad médica, la cifra llegó a un escaso 27 por ciento.

“El gobierno está haciendo un enorme esfuerzo al adquirir una cantidad importante de vacunas”, expresó Eduardo López, jefe de la División Infectología del Hospital de Niños “Ricardo Gutiérrez” y director médico de la Fundación Argentina de Infectología Pediátrica. “Pero es la población la que tiene que solicitarla a su médico, porque todos los años se terminan venciendo vacunas que no se utilizan y que prevendrían un importante número de casos y complicaciones”.

Según las recomendaciones internacionales más recientes, los grupos de riesgo incluyen a:
• mayores de 50 años;
• adultos y niños con enfermedades crónicas:
o renales
o cardíacas,
o pulmonares (incluido asma),
o metabólicas (diabetes y otras);
• inmunosuprimidos -en particular pacientes con VIH-;
• niños entre 6 y 59 meses;
• embarazadas;
• quienes reciben aspirina en forma crónica
• aquellos que tienen o cuidan bebés menores de 6 meses;
• personal de la salud
• quienes conviven con personas que pertenecen a uno de los grupos mencionados.

En lo que respecta a adultos, las Normas Nacionales de Vacunación, emitidas por el Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación, recomiendan vacunar en primer lugar a los mayores de 65 años. Sin embargo, en los EE.UU. y otros países se indica a partir de los 50 años, porque dentro del grupo de personas entre 50 y 65 años existe un 30% que tiene condiciones de riesgo como diabetes, enfermedades cardíacas o respiratorias, muchas veces desconocidas por los mismos pacientes.

Fueron más efectivas las recomendaciones basadas en la edad de la gente que en los grupos de riesgos por enfermedades crónicas.

La vacuna antigripal puede prevenir hasta 90% de los casos de gripe, entre 30 y 70% de las internaciones por neumonía y muertes en ancianos que no viven en geriátricos; y 80% de las muertes por neumonía en quienes permanecen en instituciones cerradas.

Los chicos, en especial los menores de 5 años, son los más vulnerables a la gripe y los que más transmiten la afección a sus contactos cercanos. Las tasas de hospitalización en menores de 2 años llegan a equipararse con las de mayores de 65 años y personas de grupos de riesgo. Esa es la razón por la cual organismos internacionales recomiendan vacunar a niños de 6 a 23 meses de edad.

Recientemente, en los EE.UU se extendió la recomendación desde los 6 a los 59 meses, porque se observó un exceso de consumo de recursos de salud (visitas a las salas de emergencia, consultas ambulatorias y consumo de medicamentos).

Año a año EE.UU extiende las recomendaciones de los grupos que tienen que vacunarse, ya que su objetivo final es lograr la vacunación de toda la población en un futuro cercano. Respecto de la vacuna antigripal pediátrica, en siete países de Latinoamérica (Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, México, Uruguay y Venezuela) ya se inmuniza a todos los niños de 6 a 23 meses, y México va a aplicarla también a todos los menores de 5 años.

En la Argentina, mientras tanto, “la indicación es en niños mayores de 6 meses con enfermedades crónicas, especialmente con riesgo de padecer infecciones respiratorias agudas bajas graves o de sufrir serias complicaciones por la gripe, pero aún en estos grupos la tasa de cobertura es extremadamente baja”, refirió López.

Un estudio efectuado por los hospitales Garrahan y Gutiérrez mostró que el costo de una internación por influenza cuesta 35 veces más que la vacuna.

Los resultados, presentados durante la segunda conferencia internacional “Influenza Vaccines for the World”, en Viena, Austria, 2006, revelaron que 43% de los chicos que tuvieron gripe contagiaron a sus contactos cercanos (padres, hermanos), algo que no ocurrió con otros virus. Las internaciones por gripe representaron alrededor del 7% de los casos hospitalizados por bronquiolitis.

Se incluyeron y estudiaron en el estudio 633 niños de 0 a 24 meses internados por fiebre y algún síntoma respiratorio agudos. De ellos, 43 tuvieron gripe, y uno de los infantes falleció por esta causa. Las internaciones por influenza duraron, aproximadamente, 6 días en ambos hospitales, siendo casi el doble la estadía en aquellos niños con enfermedad crónica de base, con un costo medio por hospitalización de $ 1.350 (incluyendo costos directos e indirectos), unas 35 veces mayor a lo que cuesta vacunarse.

A su vez, el 84% de los niños que tuvieron gripe se infectaron del virus influenza A H3N2/California/07/04, cepa incluida en la vacuna de ese año para hemisferio sur. De los chicos pertenecientes a grupos de riesgo, sólo había sido vacunado el 10 por ciento.