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Por Leonardo Coscia
Bronquiolitis: cómo prevenirla y tratarla
21 de mayo de 2009
La bronquiolitis es una enfermedad común del tracto respiratorio, provocada por una infección que afecta las diminutas vías respiratorias, denominadas “bronquiolos”, que llevan a los pulmones. A medida que estas vías respiratorias se inflaman, se hinchan y se llenan de mucosidad, por lo que resulta difícil respirar.

En los últimos días, con la irrupción de los primeros fríos del año, el ministerio de Salud bonaerense dio la alarma: en pocos días más estaríamos frente a un renovado brote de bronquiolitis, la más común de las Enfermedades Respiratorias Agudas Bajas (IRAB) que llegan con el frío.

"Ya aparecieron los primeros casos de esta enfermedad que se repite año a año y cada 3 o 4 se producen picos de más intensidad; por ahora no sabemos cómo se va a manifestar este año", señaló Manuel Rocca Rivarola, jefe del Servicio de Pediatría y jefe del Departamento Materno Infantil del Hospital Universitario Austral.

El especialista destacó que "la bronquiolitis afecta a niños hasta el año de edad, especialmente severa en menores de 3 meses" y aseguró que "es más frecuente en mayo, junio y julio, cuando aparece el frío".

La bronquiolitis está causada en el 80 por ciento de los casos por el virus sincicial respiratorio y se caracteriza por empezar como un resfrío común, con secreción y congestión nasal, tos y eventualmente fiebre los primeros 2 y 3 días.

"Luego, el virus progresa y comienza a irritar las vías respiratorias bajas, dificultando la respiración. Los síntomas típicos de dificultad respiratoria son la respiración acelerada (taquipnea), el mayor esfuerzo respiratorio o retracción costal (hundimiento de los espacios entre las costillas), irritabilidad con posterior dificultad para alimentarse y para dormir", expresó Rocca Rivarola.

El profesional comentó que el cuadro dura alrededor de 10 días, pero es en el cuarto a quinto día donde se presenta su máxima intensidad, que se mide según el grado de dificultad para respirar que tiene el niño.

"Es más peligroso y el impacto es mucho mayor en los menores de 3 meses", ya que en niños muy pequeños una bronquiolitis viral puede provocar episodios de apneas o pausas respiratorias más prolongadas, destaca el médico. No existe vacuna para la bronquiolitis y el tratamiento es de soporte, con lo cual la prevención es fundamental.

La higiene, la lactancia y las vacunas, entre las medidas de protección
Lavarse las manos, promover la lactancia materna, evitar el hacinamiento y el humo del cigarrillo, y consultar al médico ante tos, irritabilidad, rechazo de la alimentación, fiebre y dificultad respiratoria son algunas de las recomendaciones básicas que enfatizó Rocca Rivarola.

“La prevención comienza incluso antes de nacer, controlando el embarazo desde el primer trimestre para prevenir la prematurez y el bajo peso al nacer, situaciones que agravan los casos de bronquiolitis”, añadió el pediatra.

Para ciertos grupos de alto riesgo –prematuros, lactantes desnutridos, con cardiopatías o enfermedad pulmonar congénita–, existen además inyecciones mensuales de anticuerpos (Inmunoglobulina anti VSR palivizumab) que ofrecen una protección parcial contra la bronquiolitis durante el primer año de vida.

Si, a pesar de las medidas de prevención, la enfermedad se contrae, existen tratamientos de soporte basados en la oxigenación, la alimentación y el confort general del niño.

“En caso de que no se requiera internación, si es un bebé el afectado se aconseja mantener la lactancia en la medida de lo posible, administrándola muy cuidadosamente para disminuir el riesgo de aspiración debido al mayor número de respiraciones por minuto del bebé. Podrán emplearse ante episodios febriles, antitérmicos en niños mayores”, afirmó el médico.

En todos los casos, el pediatra recomienda hidratar al niño y mantener las fosas nasales limpias de secreciones para conservar libre el paso del aire. A veces, cuando la dificultad de respirar se acentúa, se interna al niño para un mayor control y monitoreo de sus signos vitales, aporte de oxígeno, aspiración de secreciones y, en caso de buena respuesta al bronquidilatador, se administra salbutamol en nebulización, o aerosoles presurizados.

“En ningún caso se recomienda el uso de jarabes para la tos o descongestivos nasales para el tratamiento de la bronquiolitis y actualmente está discutido el uso de corticoides por vía oral”, concluyó el pediatra del Hospital Austral.