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2 de mayo de 2024
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Por Leonardo Coscia
¿Qué es la Hiperplasia Prostática Benigna?
La Hiperplasia Prostática Benigna, un mal que afecta al 50 % de los hombres mayores de 50 años y que tiene un alto impacto en su calidad de vida
24 de noviembre de 2011
La próstata es una glándula del tamaño y forma de una nuez, ubicada debajo de la vejiga, cuya función es secretar fluidos que tienen un importante rol en la reproducción. Una de las enfermedades más comunes de la próstata es la Hiperplásia Prostática Benigna (HPB), que se caracteriza por producir un aumento en el tamaño de la próstata y del tono de su tejido muscular. Este agrandamiento dificulta el vaciado de la vejiga, por lo tanto si la próstata aumenta de tamaño, va a obstruir el paso de la orina.

La HPB es una enfermedad crónica que afecta aproximadamente al 50 % de los hombres mayores de 50 años y al 90 % de los mayores de 80 años. De ellos sólo el 30% reciben tratamiento . Es una enfermedad progresiva y si no se trata puede conducir a complicaciones graves como la retención urinaria aguda y la cirugía. En relación a los síntomas de esta patología tan recurrente Osvaldo Mazza, Jefe del Servicio de Urología del Hospital de Clínicas José de San Martín afirma que “impactan significativamente la calidad de vida de los hombres que la padecen, al interrumpir sus horas de sueño y limitar sus actividades diarias por frecuentes visitas al baño. Con el tiempo el agrandamiento de la próstata puede causar serias complicaciones que pueden resultar en hospitalizaciones, necesidad de cateterismo (sondaje) vesical y cirugías afectando su vida cotidiana”.

Hasta hace 30 años el único tratamiento viable para la Hiperplasia Prostática Benigna era la cirugía. En los últimos 20 años comenzó un tratamiento médico eficaz. Se trata de los fármacos alfabloqueantes, que relajan el músculo liso en la próstata y el cuello vesical, mejorando el flujo de orina y reduciendo la obstrucción de la salida de la vejiga. No obstante, los mismos no detienen el crecimiento de la próstata que puede incluso, llegado el momento, derivar en la necesidad de una cirugía. Su campo de acción está en los síntomas, sobre los que tiene una rápida respuesta. No es una cura para la enfermedad.


Al mismo tiempo apareció otra línea de fármacos, los inhibidores de la 5 alfa reductasa, que actúan bloqueando el mecanismo fisiopatológico de la HPB. La HPB crece con la hormona masculina, testosterona. Estos actúan disminuyendo los niveles de testosterona dentro de la célula prostática para que no se convierta en algo mucho más potente, la dihidrotestosterona. Al inhibir esta enzima (la dihidrotestosterona) la hormona deja de crecer y la próstata disminuye su tamaño. Es un mecanismo totalmente distinto del alfabloqueante. Así, este tipo de fármaco sí frena el crecimiento y puede reducir el tamaño de la HPB.

“En relación a la adherencia a los tratamientos médicos es casi total en tanto se plantean como una alternativa a la cirugía”, afirma el Dr. Carlos Nolazco, Jefe de Consultorios Externos de la división Urología del Hospital de Clínicas José de San Martín. “Si esta alternativa a la cirugía a su vez viene con una mejora sintomática inicial y rápida, la adherencia es mucho mayor, o porque el paciente no solo ve que no se va a operar, sino que además su calidad de vida mejora y se está alejando de ese fantasma que es la cirugía”, agrega.

Desde hace algunos años los especialistas, viendo las bondades de ambos tipos de fármacos, por un lado los alfabloqueantes, que mejoraban drásticamente los síntomas con rapidez, y por el otro los inhibidores de la 5 alfa reductasa, que detienen el crecimiento del tejido prostático, comenzaron a combinarlos. El sentido común y la experiencia clínica diaria del uso de ambos mostraban beneficios para el paciente.

A mediados de los 2000 se efectuaron estudios que combinaron estos dos tipo de fármacos. Uno de ellos es el COMBAT, de 4 años de duración en el que participaron 4500 pacientes de todo el mundo. Los pacientes se dividieron en 3 grupos: los que tomaron alfabloqueantes, los que tomaron 5 alfa reductasa y otro se les administró la combinación de ambos fármacos.

Se pudo comprobar que “la asociación disminuyó los síntomas, redujo el tamaño de la glándula prostática y lo más importante es que redujo el riesgo de retención aguda de orina y la necesidad de cirugía” afirma El Dr. José Manuel Cozar Olmo, Jefe del Servicio de Urología del Hospital Universitario Vírgen de las Nieves de Granada, España. “De forma global, el objetivo principal del estudio COMBAT era ver la prevención en la progresión en la enfermedad y esto fue logrado”, agrega Cozar.

Como resultado de las investigaciones, que comprobaron el éxito de la combinación de fármacos, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), ha aprobado en la Argentina la primera terapia combinada de dosis fija que ofrece un tratamiento integral a la Hiperplasia Prostática Benigna, al combinar en una cápsula dos tratamientos complementarios, para aliviar los síntomas y reducir el tamaño de la próstata.

En Argentina no existen cifras oficiales, pero en el año 2001 y 2003 durante la Semana de la Próstata en el Hospital de Clínicas, más de 3000 pacientes se realizaron los estudios y se estima, proyectando esos resultados al censo del año 2006, que 2.600.000 hombres sufren de trastornos prostáticos.