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26 de abril de 2024
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Por Leonardo Coscia
Cómo proteger a la familia en vacaciones
Esta época renueva el deseo de descanso y tranquilidad. Para que esto verdaderamente ocurra es imprescindible prepararse, y a toda la familia, para disfrutar una estancia fuera de casa sin complicaciones
6 de febrero de 2015
Las vacaciones siempre renuevan el deseo de descanso y tranquilidad que se esperó durante todo el año. Pero, para que esto verdaderamente ocurra es imprescindible prepararse, y a toda la familia, para disfrutar una estancia fuera de casa sin riesgos ni complicaciones.

Para esto, resulta fundamental la anticipación y la prevención, dos palabras que adquieren gran valor a la hora de recrear un ambiente seguro fuera del hogar.

"Por eso, desde la Fundación Cardiológica Argentina queremos brindarles algunas medidas para que el tiempo de descanso no se termine convirtiendo en un dolor de cabeza", indicó Fabián Gelpi, instructor y coordinador de RCP Básica de la Fundación Cardiológica Argentina.

¿Qué hacer ante un problema médico? Es fundamental saber a quién llamar. Para esto, antes de llegar al destino es importante conocer el número local de emergencias médicas y la ubicación de los hospitales más cercanos. Si se encuentra bajo un tratamiento médico que requiera una medicación constante, empacar lo que habitualmente toma en cantidad suficiente para que el tratamiento no se interrumpa. Puede suceder que la medicación no se encuentre disponible en el lugar de destino o que se requiera de una prescripción médica para comprarla. En estos casos resulta útil que el médico pueda realizar una receta extra. Si padece alguna enfermedad (por ejemplo diabetes) que requiere aparatos medidores y tiras reactivas, recuerde llevar una cantidad suficiente de ellas.

¿Cómo nos protegemos al aire libre? Si el plan vacacional implica acampar es recomendable llevar repelente, cremas con filtro solar y consultar al médico previamente sobre qué medicación es la adecuada ante reacciones alérgicas o una crisis repentina de asma. Tratar de evitar el consumo de frutas silvestres o tomar agua de ríos o arroyos. Existen en el mercado elementos que pueden adicionarse al agua o filtros para purificarla.

¿Qué incluir en la lista de los primeros auxilios? Es importante contar con guantes, gasas y vendas que permitan tratar un raspón o cualquier otra herida sangrante. Como la exposición continuada al sol puede provocar deshidratación, podemos anticiparnos y tener alguna bebida del tipo deportiva que reponga el agua y las sales perdidas. Esto también funciona ante diarreas o vómitos persistentes, hasta realizar la consulta con el médico. Si algún cuerpo extraño se metiera en los ojos deberá eliminarse sin restregar, irrigando el ojo afectado con abundante agua.

¿Cómo nos cuidamos del agua? Si las vacaciones implican playas, lagos o piletas, evitar dejar a los niños cerca del agua sin supervisión, ni permanecer en lugares en los que no exista un guardavida. Ante un eventual ahogamiento, será imprescindible practicar reanimación cardiopulmonar (RCP). En algunas regiones, las medusas o aguavivas son un compañero de playa no muy deseable y el contacto con ellas es muy doloroso. En estos casos, re recomienda lavar la zona con vinagre para despegar los elementos irritantes adheridos, y con agua caliente para calmar el dolor.

Por último, es altamente recomendable que al menos una de las personas del grupo haya tomado un curso de primeros auxilios y reanimación cardiopulmonar básica. Esto permitirá atender con seguridad situaciones como las mencionadas. La Fundación Cardiológica Argentina brinda durante todo el año cursos de este tipo, cuya duración es de 3 horas y el conocimiento, para toda la vida.

Recordemos que las vacaciones llegaron y es momento de disfrutarlas. Con algunas medidas que nos permitan anticiparnos, prevenir y prepararnos, podemos lograrlo y recrear un ambiente seguro fuera de nuestro hogar para hacer de este momento un descanso inolvidable.