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HPB, un trastorno que impacta
10 de marzo de 2008
La hiperplasia prostática benigna (HPB) es un trastorno que impacta y afecta considerablemente la calidad de vida de los hombres. Si bien puede detectarse fácilmente, así como prevenirse, muchas personas no asisten a su consulta de rutina. Recientemente se presentaron los datos de un estudio que demostró que la combinación de dutasteride y tamsulosina, conducen hacia una mejora más rápida de los síntomas en casos de HPB moderada a severa, en comparación con terapias que utilizan estas drogas por separado.

Se estima que el 50% de los hombres padecen HPB hacia los 50 años de edad. Dicha patolología se incrementa con la edad, estimando una afección cercana al 90%, en hombres cercanos a los 80 años. De acuerdo a una proyección estadística realizada por la Cátedra de Urología de la Universidad de Buenos Aires, sobre la base de 5.664 hombres de 50 a 80 años de edad, transpolados al Censo poblacional del INDEC 2001 y proyectado según la tasa de crecimiento al año 2006, se estima aproximadamente al número de hombres con HPB en unos 2.471.338.

“El examen digital rectal y el del antígeno prostático específico, son necesarios para la detección precoz de las enfermedades que afectan a este órgano, entre las que se encuentran el cáncer de próstata, la inflamación o prostatitis causada por bacterias u otros agentes irritantes y la hipertrofia prostática benigna o adenoma de próstata”, afirmó el Dr. Osvaldo Mazza, Jefe de la división Urología del Hospital de Clínicas José de San Martín.

En el tratamiento de la HPB, una de estas enfermedades, los resultados del estudio CombAT, demostraron el beneficio en los síntomas de la hiperplasia prostática benigna (HPB), en un promedio de doce meses de tratamiento, mantenidos en los dos años de duración de la terapia. El estudio involucró a más de 4.800 hombres con síntomas de HPB moderada a severa que recibieron la terapia de combinación con Avodart ® (dutasteride) y tamsulosina. Una parte del desarrollo clínico de este medicamento fue realizada en Argentina.


Para el Dr. Mazza, “a partir de los 50 años de edad, es necesario que los hombres concurran al urólogo a realizarse exámenes periódicos, ya que la HPB puede ocasionar infección, litiasis, así como comprometer la función de la vejiga y riñones si no se controla a tiempo”.

Durante los meses de verano, al emprender largos viajes en automóvil, los hombres con esta afección pueden ver comprometida su calidad de vida, al tener que detenerse varias veces durante el camino. De esta manera, no sólo ven comprometida su salud, sino que también se encuentran afectados por una enfermedad avergonzante enfermedad que los expone socialmente.

El objetivo primario del estudio CombAT fue evaluar la eficacia de la terapia de combinación de dutasteride y tamsulosina respecto de cada monoterapia con las mencionadas drogas en lo que respecta a la mejoría de los síntomas relacionados con la HPB al cabo de 2 años.

No obstante, el estudio CombAT aún continúa y tiene por objeto brindar mayores pruebas a cuatro años, en relación a la eficacia de la terapia de combinación de dutasteride y tamsulosina en la reducción del riesgo de progresión de enfermedad sintomática, así como también en la reducción del riesgo de retención urinaria (RUA) y la cirugía relacionada con la HPB, en hombres que sufren síntomas de HPB moderada a severa e hipertrofia prostática.

GlaxoSmithKline presentó a la FDA (Administración Federal de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) y a las Entidades Reguladoras de la Unión Europea, una solicitud para incluir en la ficha técnica de Avodart los beneficios de utilizar dutasteride en combinación con tamsulosina en el tratamiento de los síntomas de HPB moderada a severa.

La superioridad del régimen de combinación, por sobre cualquiera de las monoterapias, en relación con la mejoría significativamente mayor de los síntomas miccionales, se logró registrar en la primera visita con posterioridad al inicio del tratamiento (mes 3) al compararla con dutasteride y a los 9 meses al compararla con tamsulosina. Estos beneficios fueron continuos y sostenidos a lo largo de los 2 años del tratamiento.

Resultados sobre la eficacia al cabo de 2 años

- El flujo urinario máximo de los pacientes con HPB moderada a severa que recibieron terapia combinada dutasteride y tamsulosina mejoró de forma significativa vs monoterapia con cada uno de ellos partir del 6º mes, ampliando esa brecha hasta los 24 meses.

- Los síntomas urinarios provocados por la HPB moderada a severa de los pacientes con terapia combinada dutasteride y tamsulosina mejoraron de forma significativa vs monoterapia con cada uno de ellos a partir del 9º mes, ampliando esa brecha hasta los 24 meses.

- Además quedó en evidencia que en hombres con agrandamiento prostático superior a 30 cc y síntomas de HPB moderados a severos, el dutasteride como monoterapia superó en forma significativa el flujo máximo con respecto a la tamsulosina a partir del mes 12 y los síntomas de la HPB a partir del mes 18.

- El estudio COMBAT continúa siendo evaluado hasta los cuatro años

La HPB se desarrolla cuando la próstata, glándula que desempeña un rol fundamental en el sistema reproductivo masculino, aumenta su tamaño debido al excesivo crecimiento de su tejido. Este crecimiento se produce básicamente por mecanismos hormonales, es decir, la testosterona -hormona masculina- se convierte por acción de la enzima 5 alfa reductasa en dihidrotestosterona, una potente hormona responsable del aumento de volumen de la próstata.

La HPB se diagnostica mediante un examen rectal digital; un análisis de orina, para verificar si existe infección o hemorragia; un análisis de sangre para evaluar la función de los riñones y una ecografía que permite visualizar el volumen de la próstata. También se puede realizar un análisis de PSA (antígeno prostático específico), que ayuda a descartar la existencia de cáncer de próstata.

La HPB es una patología muy habitual, progresiva y benigna generalmente asociada a un agrandamiento de la glándula prostática en los hombres que puede provocar síntomas del aparato urinario bajo, como por ejemplo: dificultad para empezar a orinar, el flujo urinario intermitente y débil, la urgencia miccional, el goteo posmiccional, y mayor frecuencia en la micción, en especial por la noche.