Los promotores del turismo de avistamiento de ballenas en Latinoamérica debatieron en Punta del Este, Uruguay, cómo controlar el fuerte crecimiento que ha tenido la actividad en la última década y lograr un sistema que certifique las «buenas prácticas marinas».
Los especialistas de Costa Rica, Chile, Brasil, la Argentina y Uruguay defendieron el turismo responsable en torno de las ballenas como herramienta para la conservación de estos animales, que durante décadas fueron cazados para utilizar su carne y aceite. Según datos del Fondo Internacional para la Protección Animal y su Hábitat, el turismo de avistamiento de ballenas en Sudamérica está creciendo a una tasa del 10% anual y del 13% en Centroamérica y el Caribe.
El sitio pionero en esta actividad es la argentina península Valdés, donde hace 35 años que se desarrolla la observación de cetáceos y adonde llegan cada temporada entre 600 y 800 animales.