Tras 24 horas de incertidumbre total y papelón, autoridades estadounidenses confirmaron haber encontrado los restos del costoso avión F-35 que se extravió el pasado domingo.
Los remanentes del vehículo aéreo terminaron siendo localizados en el condado de Williamsburg, Carolina del Sur, y se advirtió a los miembros de la comunidad que eviten el área para que el equipo de recuperación cercar el perímetro donde se produjo el hallazgo y realizar los correspondientes estudios. El avanzado avión Lightning II había desaparecido cerca de la Base de la Fuerza Aérea de Charleston este fin de semana. El piloto se eyectó de manera segura y se encontraba en condición estable, pero los equipos de respuesta no lograban dar con el paradero del avión.

El transpondedor, que normalmente ayuda a localizar la aeronave, no estaba funcionando “por alguna razón que aún no hemos determinado”, informó Jeremy Huggins, un portavoz de la Base de la Fuerza Aérea de Charleston. “Por eso hicimos el llamado público pidiendo ayuda”. En redes sociales, la entidad había solicitado al público que se pusiera en contacto con la base si alguien tenía información sobre la ubicación de la aeronave después del “incidente” del domingo.

“La aeronave es sigilosa, por lo que tiene diferentes recubrimientos y diseños que la hacen más difícil de detectar que una aeronave normal”, explicó Huggins.

Huggins se negó a especificar la naturaleza del ejercicio en el que estaba involucrado el piloto en el momento del incidente y dijo que el asunto está bajo investigación.

El gigante aeroespacial y militar Lockheed Martin ha producido más de 1.000 aviones F-35, aunque las entregas a los Estados Unidos están suspendidas temporalmente a la espera de la finalización de algunas actualizaciones. Según datos de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, alrededor de una docena de estos aviones han sido destruidos en accidentes desde que el F-35 entró en servicio en 2015, una tasa similar a la de otros tipos de aeronaves.

Las aeronaves están equipadas con transpondedores y balizas, y varias han sido recuperadas de entornos hostiles. El año pasado, la Marina de Estados Unidos recuperó un F-35C desde una profundidad de más de 3600 metros después de que se estrellara en el Mar de China Meridional.

Un F-35B británico se estrelló al despegar desde un portaaviones en el Mediterráneo en noviembre de 2021, lo que provocó una búsqueda submarina que finalmente localizó el avión en el lecho marino. Japón recuperó uno de sus F-35 que se estrelló en la costa norte del país en 2019. Los F-35B, que pueden despegar y aterrizar verticalmente al igual que un helicóptero, se encuentran entre los más costosos del mundo; tiene un precio de lista de alrededor de 90 millones de dólares para las últimas series.

Aunque se han promocionado como aeronaves críticas de “próxima generación” para Estados Unidos y un puñado de otras naciones involucradas en su creación, en los últimos años los legisladores estadounidenses han criticado lo que consideran costos desorbitados asociados con el F-35.