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Por José Calero
BCRA: ni Vaticano ni un nuevo caso "INDEC"
13 de marzo de 2010
Mercedes Marcó del Pont arrancó con el pie cambiado su nombramiento "en comisión" al frente del Banco Central, al desnudar que bajo su presidencia la autoridad monetaria corre el riesgo de convertirse en un simple apéndice de la Casa Rosada.

La economista, que profesa una fe kirchnerista a toda prueba, llegó al BCRA tras fracasar el intento del alicaído ministro Amado Boudou de imponer a Mario Blejer en el cargo.

La desprolijidad con que el Gobierno manejó el tema reservas del BCRA sólo se explica por la preocupación del oficialismo al comprobarse que se le van acabando las cajas a las cuales echar mano para hacer frente a un déficit fiscal que volvió para quedarse, aunque se lo maquille de mil formas distintas.

Marcó del Pont aprovechó el escaso volumen político de la oposición para zamarrearla con frases irónicas, de esas que tienen origen en la inventiva de Olivos.

Dijo que los opositores quisieron "convertir al Central en un Vaticano dentro de la Argentina" y consideró que la dirigencia opositora hizo una "mala interpretación de la autonomía del BCRA".

Algún día Marcó del Pont deberá explicar por qué mientras la Presidenta `entretenía` a la Asamblea Legislativa con un discurso inicialmente conciliador, ella reunía al Directorio del Central para iniciar un frenético operativo destinado a transferir miles de millones de dólares de las reservas al Tesoro, aún cuando los dos decretos de necesidad y urgencia que lo habilitaban ni siquiera habían llegado al taller donde se imprime el Boletín Oficial.

Fue una objetable forma de iniciar la gestión al frente del BCRA, una demostración de que la autonomía de ese organismo va camino de desaparecer y de que, de seguir estos pasos, la autoridad monetaria puede convertirse en un "nuevo caso INDEC" en la Argentina.

Una temeraria concepción setentista de la realidad da vueltas cada vez con más fuerza en la cabeza del kirchnerismo y se sostiene en que "el fin justifica los medios".

Frases de Marcó del Pont como "seguir avanzando con fuerza en defensa del proyecto de Cristina" o "no hay que retroceder ni un milímetro en la defensa de los ideales" suenan lindo entre los entusiastas militantes de La Cámpora, pero no parecen adecuadas en la boca de quien debe conducir los destinos de la institución que vela por la plata de todos los argentinos.

Un desafío de proporciones tendrá entonces Marcó del Pont para convencer a quienes toman decisiones en materia económica de que no llegó al BCRA simplemente para quedar a "tiro de teléfono" de la Rosada, como ocurre con el desacreditado INDEC.

Partidaria histórica de las devaluaciones, ese antecedente tampoco la ayuda a la discípula de Héctor Valle.

Pero lo que más complica su inicio de gestión es haber admitido que el domingo 28 de febrero, antes de la firma del DNU que buscaba usar las reservas para pagar deuda, recibió una llamada de Olivos donde se le anticipó -¿u ordenó?- el decreto que
anunciaría Cristina apenas unas horas después.

Esta cadena de desatinos se produce al mismo tiempo que el jefe de la CGT dice que "un poquito de inflación no le hace mal a nadie", mientras se prepara para pedir otro 35 por ciento de aumento salarial para sus privilegiados camioneros, el gremio cuyos sueldos más aumentaron durante el kirchnerismo.