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20 de abril de 2024
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Salarios
¿Es posible aumentarlos sin generar inflación?
El atraso salarial lleva a los gremios a presionar por aumentos y el gobierno busca ponerles un techo para evitar que la inflación se salga de la raya
22 de abril de 2006
En un momento en que se debaten las paritarias de distintos gremios, mientras el Gobierno pide mesura para que el incremento de salarios no genere expectativas inflacionarias, los sindicalistas presionan para acordar alzas promedio del 20 por ciento y piden que se concrete la recomposición necesaria para equiparar sueldos con canasta básica.

Estos convenios colectivos de trabajo que se negocian fijan las condiciones y salarios del 83 por ciento de los trabajadores del sector privado.

Un estudio sobre ingresos, salarios y convenios realizado por el diputado nacional y miembro de la mesa de la CTA, Claudio Lozano, sostiene que la productividad permitiría pagar salarios de 15.000 pesos para los empleados de las cien grandes empresas y de 9.000 pesos para los de las primeras mil.

Para una familia tipo la canasta familiar según el INDEC ascendía a 2.207,7 pesos a finales de 2005, cuando el ingreso promedio de los ocupados era de 722 pesos. Es decir, que representaba el 32,7 por ciento de la canasta necesaria.

Incluso, ese ingreso promedio estaba un 17 por ciento por debajo de la canasta que define la línea de pobreza de un hogar tipo que se ubicaba en 860 pesos.

Si se toma como necesaria una canasta de 2.207 pesos, se debería registrar un aumento de ingresos promedio del 45 por ciento para equipararla con los salarios.

Además, deberían trabajar ambos adultos de la familia y se deberían generalizar las asignaciones familiares a todos los trabajadores, lo que provocaría una consecuente baja en el índice de desocupación.

Los empresarios advierten que un incremento salarial para equiparar sueldos con canasta básica repercutirá en un inevitable aumento en los precios de los productos.

Sin embargo, el estudio de Lozano revela que para las mil empresas más grandes del país, la masa salarial total representa el 25,6 por ciento del valor agregado, es decir, que el 74 por ciento constituyen ganancias líquidas o superávit bruto de explotación.

En cambio, para el caso de las cien más grandes empresas la masa salarial representa el 17,9 por ciento del valor agregado.

Las mil empresas más importantes emplean a 609.243 asalariados lo que representa el 10,3 por ciento de los 5.914.594 asalariados registrados; el 5,6 por ciento de los 10.948.395 asalariados totales; el 4 por ciento de los 14.698.461 ocupados y el 3,7 por ciento de los 16.335.578 que integran la PEA urbana.

La productividad anual de cada asalariado ocupado en las mil empresas más grandes es de 120.000 pesos. Con ese nivel de productividad, la remuneración promedio que actualmente se encuentra en 2.379 pesos podría ascender a 9.280 pesos para los empleados por esas más grandes empresas.

En tanto que en el caso de las primeras cien empresas, donde la productividad anual por trabajador es mayor a 200.000 pesos, la remuneración promedio que actualmente se ubica en 2.669 pesos podría alcanzar los 15.000 pesos.

Pese a que los empleados de las principales empresas son los mejores pagos en el universo de los trabajadores, la productividad que representan no se compara con esos ingresos.

Las primeras cien empresas ganan por mes el equivalente a 12.203 sueldos promedio y por minuto más que lo que perciben como ingreso promedio los ocupados en la Argentina.

Siguiendo esta lógica, las altas tasas de productividad y de los beneficios en las grandes empresas permitirían incrementar los salarios sin riesgos en materia inflacionaria.

Sin embargo, los empresarios, y especialmente las pequeñas y medianas empresas del comercio, sostienen que un incremento salarial se reflejará en los precios de los productos.

El Gobierno, que ya medió en el conflicto con los camioneros y logró que aceptaran un 19 por ciento de aumento, ahora prevé convocar al Consejo de Salario Mínimo, Vital y Móvil para elevar los suelos básicos de 650 pesos a cerca de 750 pesos.

De esta manera, buscará descomprimir los reclamos salariales que amenazaron en paralizar el país con el quite de colaboración de los camioneros, pero dejará pendiente lo que piden los empleados del Estado de equiparar sueldos con canasta básica.