Así fue "Martillo de medianoche", el ataque de Estados Unidos a Irán
El Pentágono reveló cómo siete bombarderos de última generación volaron desde el corazón de Estados Unidos hasta las cercanías de Teherán para destruir los búnker iraníes
22 de junio de 2025
“Más de 125 aviones estadounidenses participaron en esta misión”, reveló el jefe del Estado Mayor del Ejército, general Dan Caine, sobre el demoledor ataque lanzado por Estados Unidos contra bases nucleares de Irán.
El momento cumbre del Operativo “Martillo de Medianoche” llegó sobre las 2:10 de la madrugada del sábado 21 de junio de 2025 en Irán.
Fue cuando uno de los siete bombarderos B-2 Spirit que Estados Unidos desplegó para el ataque a tres instalaciones nucleares del régimen de los ayatollahs lanzó dos poderosas Massive Ordnance Penetrators (GBU-57), las bombas anti-búnker, sobre la planta de Fordo, el complejo nuclear subterráneo más fortificado del país persa, construido en las profundidades de una montaña.
En el ataque se utilizaron más de 75 armas guiadas de precisión, y se diseñó una “maniobra de engaño” con bombarderos desplegados sobre el Pacífico en forma de señuelo.
En los 25 minutos siguientes, las fuerzas norteamericanas lanzaron un total de 14 GBU-57 sobre dos zonas con objetivos nucleares, en Fordo y Natanz.
Los misiles Tomahawk impactaron luego en Isfahan, sede de otra de las instalaciones nucleares golpeadas por la ofensiva que metió en forma directa a Estados Unidos en la guerra en Medio Oriente.
Aviones de combate despejaron el espacio aéreo por delante de los B-2, para comprobar si había presencia de aviones enemigos y disparos de misiles tierra-aire.
El general Caine dijo que “los cazas iraníes no volaron, y parece que los sistemas de misiles tierra-aire de Irán no nos vieron. Durante toda la misión, conservamos el factor sorpresa”.
Nuevas imágenes satelitales del sitio nuclear de Fordo mostraron cantidades significativas de escombros de hormigón esparcido sobre el sitio desde dos puntos de salida en el suelo, lo que, según los expertos, indicaría que las estructuras de hormigón a gran profundidad fueron destruidas por las bombas anti-búnker estadounidenses.
Los siete bombarderos que se utilizaron fueron los B-2 -creados especialmente para penetrar defensas antiaéreas y desplegar armas tanto convencionales como nucleares-, junto con misiles que se lanzaron desde submarinos.
Los B-2 son los únicos que tienen la capacidad de transportar la bomba estadounidense más pesada, la GBU-57, conocida como “bomba anti-búnker”. Este fue el primer uso operativo en combate de esta clase de armamento.
Debido a la profundidad a la que se encuentra Fordo (entre 80 y 90 metros), Estados Unidos era el único país que disponía del tipo de bomba lo suficientemente potente como para penetrar en el lugar. La GBU-57 pesa unos 13.600 kilos y puede atravesar unos 18 metros de hormigón o 61 metros de tierra antes de explotar, según los expertos.
La bomba tiene una carcasa de acero mucho más gruesa y contiene una menor cantidad de explosivos que las bombas de uso general de tamaño similar. Las carcasas robustas permiten que la munición se mantenga intacta al perforar tierra, roca u hormigón antes de detonar. Israel le había pedido a Estados Unidos que la empleara para desmantelar por completo el plan nuclear iraní.
El largo recorrido de los B-2 se inició en la base de la Fuerza Aérea en Whiteman, en el estado de Misuri, e incluyó etapas de reabastecimiento aéreo antes de llegar a bombardear las instalaciones en Irán. En paralelo, desde uno de los submarinos se dispararon más de 24 misiles contra la planta nuclear de Isfahan.
Un mapa proporcionado por el Pentágono de la trayectoria de vuelo de los bombarderos B-2, y de la cronología de la operación, indicó que su aproximación a Irán los llevó sobre el Mediterráneo y después sobre Israel, Jordania e Irak.
No está claro cuándo estos tres países tuvieron conocimiento de los vuelos. Israel afirmó que los ataques estadounidenses se llevaron a cabo en coordinación con su Ejército, aunque sin participación de aeronaves israelíes.
Caine señaló que la operación “Martillo de Medianoche” fue la “segunda misión B-2 más larga jamás realizada, solo superada por las de los días posteriores al 11 de septiembre de 2001”, en referencia a los ataques terroristas de la red Al-Qaeda. Según funcionarios, el vuelo de los B-2 duró 37 horas.
“En la región, especialmente en Irak, Siria y el Golfo, nuestras fuerzas permanecen en alerta máxima y están totalmente preparadas para responder a cualquier represalia iraní o ataque por poder, lo que sería una opción increíblemente mala” para Teherán, advirtió Pete Hegseth, el jefe del Pentágono.