El conjunto nacional se entrenó a puertas cerradas. Sabella recuperó jugadores y tiene en mente su "once ideal" para debutar ante Bosnia
Este martes fue la primera practica del seleccionado nacional en su casa de Cidade do Galo, y como ya se sabía era a puertas cerradas, en un entrenamien toque duró apenas una hora.
Al no poder ingresar, los periodistas y los fotógrafos seguían todo desde el morro de unos 300 metros de altura, situado justo frente al predio y desde donde se llegan a ver casi todas las canchas del complejo.
La gente del barrio Jardín de Gloria se acercaba para intentar ver lo más cerca posible a las estrellas de la selección. La curiosidad mataba a grandes y chicos.
De un lado, estaba la mayoría del grupo jugando fútbol reducido, aparte practicaban Lucas Biglia , Rodrigo Palacio y Gonzalo Higuaín, y en otro lado lo hacían los tres arqueros, Romero, Andújar y Orion.
Sabella miraba todo: a sus jugadores y también a los periodistas y fotógrafos que estaban en lo más alto. Incluso, junto a Carlos Bilardo, secretario de selecciones, utilizaron binoculares para intentar divisar quiénes eran los que estaban allí arriba.
Por la tarde, el plantel recibía una visita de rutina de la FIFA y mañana volverá a entrenarse por la mañana en Cidade do Galo y por la tarde hará una práctica abierta para el público brasileño en el estadio Independencia de Belo Horizonte, el cual fue una de las sedes del Mundial 1950.
A cinco días del debut ante Bosnia, Sabella ya tendría su once de memoria: Romero; Zabaleta, Garay, Fernández y Rojo; Gago, Mascherano, Di María; Messi, Higuaín y Agüero