Jair Bolsonaro fue internado este lunes en Orlando, Florida, por fuertes dolores abdominales.

El exmandatario -que fue acusado por Lula de promover el asalto a los edificios gubernamentales de Brasilia de este domingo- se encuentra en Estados Unidos desde fines de diciembre, antes del traspaso de mando en Brasil.

La internación fue confirmada por el medio brasileño O'Globo que indicó que el expresidente de Brasil debió ser ingresado de urgencia al hospital AdventHealth Celebration.

En 2018 el dirigente había sido apuñalado en la zona del abdomen en el marco de un violento ataque contra él en la vía pública. Como consecuencia fue sometido a cuatro cirugías.

Desde entonces su salud se vio comprometida en varias oportunidades y más de una vez Bolsonaro debió ser internado por episodios similares a los que trascendieron este lunes.

La última vez había sido en noviembre de 2022, después de las elecciones presidenciales en las que ganó Lula da Silva, por una hernia en la cicatriz que le dejó la cirugía por aquel ataque.

Se trató del segundo ingreso a un hospital que tuvo el expresidente durante el año pasado: en enero también debió recibir asistencia médica en el hospital Vila Nova Star, en la zona sur de la ciudad de San Pablo, por razones similares.

En esa ocasión fue por una obstrucción intestinal que sufrió al volver de sus vacaciones en Santa Catarina.

En ese entonces había realizado un posteo en su cuenta de Twitter en el que relató lo que sufrió: "Empecé a sentirme mal después del almuerzo del domingo, llegué al hospital a las 03:00 de hoy, me pusieron una sonda nasogástrica, se realizarán más pruebas para una posible cirugía de obstrucción interna en la región abdominal", había indicado.

La internación de este lunes se produce en el marco de una fuerte tensión en Brasil desatada por el ataque de un grupo de bolsonaristas que durante el domingo invadieron el Congreso, el Palacio presidencial y la Corte en un intento por derrocar el recién asumido gobierno de Lula.

Por el hecho, que dejó más de mil detenidos y produjo la suspensión del gobernador de Brasilia además de la destitución del jefe de seguridad de la ciudad, el presidente brasileño había apuntado contra Bolsonaro y lo calificó como "genocida".