El antecedente surge de un estudio publicado en la Sociedad Argentina de Infectología en base a un análisis en la producción de dexametasona
En 2023, una médica llamada Florencia Prieto, oriunda de Concordia, Entre Ríos, realizó una denuncia en la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) por sospechar que un lote de dexametasona, una droga antiinflamatoria e inmunosupresora producida por
HLB Pharma, estaba contaminada.Prieto dio entrevistas en las que explicó cómo el organismo de control ignoró su alerta.
A su testimonio se le suma ahora una prueba clave, que podría formar parte de otra documentación analizada por el juez federal Ernesto Kreplak, a cargo del caso.
En las pruebas presentadas por Prieto sobre HLB Pharma se demuestra científicamente el hallazgo de bacterias en las ampollas cerradas de dexametasona similares a las detectadas en el fentanilo.
Un dato muy importante: las médicas explicaron en el paper que “por sus características fenotípicas y perfil bioquímico”, la bacteria R. mannitolilytica (la encontrada en la dexametasona) puede ser confundida con otras especies bacterianas como: R. picketti, P. fluorescens y B. cepacia. La primera, R. picketti, fue la encontrada en los lotes de fentanilo.
El documento, titulado “Brote de
Ralstonia mannitolilytica en inmunodeprimidos asociado a contaminación de un fármaco", publicado por la Sociedad Argentina de Infectología, está firmado por María Florencia Prieto, quien además es la autora responsable para correspondencia, junto con Paola Yasenzaniro, Paula Chas, Natalia Bellati, Norma Yoya, Alejandra Jourdan, Ana Montenegro, Élida Gauna y Antonella Jacinto.
Las pacientes afectadas serían todas mujeres oncológicas con cáncer de mama que recibían tratamiento quimioterápico a través de un catéter implantable.
Durante el período de julio a agosto de 2023, presentaron episodios de fiebre y fueron diagnosticadas con infecciones asociadas a sus catéteres de quimioterapia, con cultivos positivos para la bacteria
Ralstonia mannitolilytica en muestras de retrocultivo del catéter.
Algunas de ellas habían consultado previamente en guardias por fiebre y recibido antibióticos sin un diagnóstico microbiológico claro.
Las médicas se dieron cuenta de que un fármaco podía ser la fuente de la infección a través de un proceso de investigación epidemiológica sistemática que buscaba identificar patrones y elementos comunes entre las pacientes afectadas.