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19 de abril de 2024
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Por Nino Fernández
Rentabilidad de pymes argentinas al nivel de países desarrollados
19 de abril de 2006
La rentabilidad de las Pymes industriales argentinas se ubica actualmente en niveles similares a las de sus pares de países desarrollados.

Así lo revela el último informe de la Fundación Observatorio Pyme que asegura que este segmento empresario tiene actualmente una rentabilidad promedio del 5% sobre ventas.

En EEUU el valor se ubica en 4,3% en el caso de las pequeñas empresas y 5,7% en las medianas; en tanto que en Francia es de 3,7 y 4% y en Italia, 2,1 y 4,8%, respectivamente.

El resultado de las locales es en cierto modo sorprendente: en el 2001 la rentabilidad promedio del conglomerado industrial era de tan solo 2,1% sobre ventas y se descuenta que desde el 97 en adelante fue aun menor.

La devaluación y la incorporación de una importante cantidad de empresas al negocio exportador, condición que contribuye a duplicar la rentabilidad respecto a las empresas que solo atienden el mercado interno, son los dos grandes factores que explican aquel salto cuantitativo.

Sin embargo, el informe agrega que la rentabilidad promedio de este segmento empresario exhibe una ligera tendencia a disminuir y “se revela insuficiente para financiar el crecimiento de la capacidad productiva”, en momentos que algunos cuellos de botellas encienden luces amarillas en varios sectores. Esto es así, dicho sea de paso, a pesar de que la rentabilidad es variable fundamental para que el empresario sea considerado sujeto de crédito o pueda disponer de fondos propios para reinvertir.

Dice el informe que a pesar de la menor demanda de créditos bancarios, “en el último año se observa un crecimiento sustancial en la tasa de aceptación de las solicitudes, la cual ha regresado a valores cercanos al 80%”, del 96 y 97.

No obstante, aclara, el 31,5% de las empresas tiene algún proyecto de inversión frenado por falta de crédito, dato que estaría demostrando que en esas empresas la evolución de la rentabilidad no alcanza para sostener la inversión en forma autónoma.

Que las empresas ‘necesitan’ invertir lo prueba también el 43% de las firmas que asegura tener máquinas entre antiguas y muy antiguas y el 40% de los encuestados que se siente severamente amenazado por las importaciones. Esto ultimo a pesar de la protección del actual tipo de cambio y de la conocida reevaluación del real frente al peso, habida cuenta de que el 50% de las ‘amenazas’ proviene de Brasil.

Recursos propios

Vicente Donato, director de la Fundación Observatorio Pyme, dice que “en el marco de una muy escasa capacidad ociosa, hay un pelotón de Pymes que está invirtiendo, aunque con una gran dispersión geográfica. Entre el 80 y el 85% de esas empresas los hace con recursos propios, que es un porcentaje muy alto respecto a lo que pasa en otros países”.

El pelotón inversor al que hace referencia Donato, está integrado por una de cada dos Pymes industriales, dato significativo si se tiene en cuenta el nivel de inversiones registrado durante la recesión iniciada en el 98, pero lejos de los registros del 96 y 97, cuando tres de cada cuatro hizo algún tipo de inversión.

Varios factores explicarían este menor ritmo inversor en momentos en que se conjugan continuidad del ciclo expansivo y capacidad productiva al tope.

De la encuesta del Observatorio Pyme se desprende que las empresas asignan gran importancia a la política fiscal a la hora de decidir un plan de inversiones. De hecho, más del 36% de los consultados ve con buenos ojos las medidas que disminuyan la presión del impuesto a las Ganancias; un 35% se muestra partidario de remover mecanismos fiscales de impacto financiero, como la devolución inmediata del IVA y disminución del impuesto a ganancias mínima presunta, y un 25% considera que una baja en el costo laboral contribuiría a promover las inversiones.

Sin dudas que iniciativas de la actual administración, como la de ‘amortización acelerada de los bienes de capital’ y el proyecto de ley de ‘desgravación de Ganancias a las Pymes que reinviertan utilidades’, se encuentran en línea con los reclamos empresarios. Aunque no menos cierto es que la demora en tratarse este último proyecto en el Congreso alentó algunas suspicacias, en el hipotético sentido de volver a privilegiar el interés recaudatorio en desmedro de los estímulos a la producción.

“La demora en el tratamiento legislativo obedeció básicamente a ciertos cambios que se le introdujo al proyecto, como la posibilidad de contemplar la inversión en reproductores del sector ganadero y cerrar algunos resquicios que podían dar lugar a maniobras de elusión o a que se lo utilizara en gastos improductivos. Por otra parte se fijó que el límite que se puede desgravar a través de este mecanismo sea hasta el 25% de la relación utilidades sobre ventas de los últimos tres años”, afirma la diputada Mercedes Marcó del Pont, que preside la Comisión Pyme de la Cámara Baja.

La legisladora confirmó además que el proyecto, que se tratará este miércoles 19 de abril en Diputados y que estaría en condiciones de ser reglamentado a principios de mayo, prevé flexibilizar algunos aspectos a fin de evitar discriminar a las empresas trabajo intensivo o aquellas con la mayor parte de su masa salarial en blanco.“Vamos a agregar un párrafo que dice que alternativamente u opcionalmente, la empresa puede mantener el nivel de empleo que tenía previo a la entrada en vigencia a la norma. Puede optar entre mantener la relación de bienes de uso o masa salarial o bien simplemente no bajar el nivel de empleo en los dos años en que rige la Ley”, agregó Marcó del Pont.

La norma ha generado múltiples expectativas a nivel de cámaras empresarias, en las que se le asigna un papel gravitante como estímulo a la inversión entre las Pymes locales.

De todos modos es importante tener en cuenta que algunas inversiones exigen ciertos riesgos o cantidad de recursos que muchas veces resultan prohibitivos para empresas de estas dimensiones. De allí que el trabajo del Observatorio Pyme advierta que la elevada dependencia del financiamiento con recursos propios, por dificultades de acceso al crédito bancario, “plantea interrogantes sobre la fortaleza del proceso de crecimiento y su sustentabilidad en el mediano plazo”.

Es que una eventual desaceleración de las ventas, podría afectar la rentabilidad de las empresas y por consiguiente la cantidad de fondos destinados a reinversión. Este escenario conformaría “una limitación al desarrollo futuro de las Pymes, sobre todo las más chicas”, que tienen menor acceso al crédito bancario y menos acuerdos con proveedores.

¿Por qué evitan el crédito bancario?

El 35% de las empresas del panel que no solicitó créditos bancarios durante el 2005, adujo no tener necesidades de financiamiento externas. Un 26% no lo hizo por considerar elevados los costos y cortos los plazos de los créditos; un 23% se refirió a incertidumbre en el contexto económico y casi un 7% no recurrió a los bancos por deudas fiscales o financieras.

Según el informe del Observatorio Pyme, un tercio de los empresarios tiene en la actualidad algún proyecto de inversión frenado por falta de financiamiento bancario. Pero al mismo tiempo hay una importante recuperación en las estadísticas de los que obtuvieron créditos. En los años 2003 y 2004 sólo el 37% de los empresarios que se acercaron a un banco por financiamiento lo consiguieron; mientras que el año pasado el indicador trepó al 79,8%.

No obstante ello, el trabajo señala que el crédito al sector privado en la Argentina representa menos del 10% del total, muy lejos del 60% que muestra por ejemplo el sistema chileno. Y explica que el crédito es asignado en función de variables tales como tamaño y edad de la empresa; productividad y...Rentabilidad.