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Por Nino Fernández
La protección no será para siempre
19 de septiembre de 2007
El gobierno de Néstor Kirchner ha hecho esfuerzos importantes en defensa de la industria nacional y, como quedó demostrado en el Día de la Industria, los empresarios del sector están cada vez más enamorados del modelo.

Mal o bien se han sentido contenidos con la protección que supone un tipo de cambio alto, las licencias no automáticas y los cupos para importaciones de algunos sectores, o el Mecanismo de Adaptación Competitiva, impuesto para el comercio con Brasil.

Como se sabe, la lista se completa con las recientes medidas adoptadas para frenar el ingreso de algunas mercaderías procedentes de China.

En este escenario, en el que el aumento de las importaciones podría estar sugiriendo
una pérdida de competitividad de la economía y donde crece la impresión de que es poco menos que imposible competir con el gigante asiático, una pregunta empieza a dar vueltas: ¿la protección de los sectores más afectados será para siempre?

Vale hacer un par de precisiones: por un lado, la “duda” no se limita a la previsible inquietud que estas medidas despiertan en los sectores de la ortodoxia económica, y por el otro, la cuestión no aparece desligada de los tiempos electorales y del futuro cambio de nombres en la conducción política del país.

Según un asistente al acto de los industriales, en Parque Norte, uno de los actuales funcionarios del gobierno nacional, le habría dicho a un grupo de empresarios de su confianza, que las restricciones a las importaciones chinas no serían de por vida y que los sectores protegidos debían aprovechar la oportunidad para lograr un salto competitivo.

Carlos Cleri, asesor del ministro Miguel Peirano y autor de “El libro de las Pymes”, dice al respecto que “si uno lee los discursos de Cristina Kirchner está claro el mensaje: les damos protección pero después les toca a ustedes hacer un esfuerzo”.

El esfuerzo empresario

En el fondo lo que está en juego es la competitividad de muchas Pymes y su viabilidad económica; un tema mayor si se tiene en cuenta que se está hablando de la inmensa mayoría de las firmas del país.

Por ello Cleri recuerda que “si bien ningún país puede darse el lujo de mantener empresas no competitivas, ya que la lógica indica que las empresas deben defenderse genuinamente”, el peso de las Pymes como generadoras de empleo, las hace merecedoras de un tratamiento especial, como ocurre en otros países.

La pregunta, que seguramente más de uno se hace, es por qué existen las pequeñas empresas y por qué es necesario protegerlas y procurarles un ”andador” en sus primeros años de existencia.

Respuesta: porque además de generar más empleo, generalmente producen lo que no producen las grandes empresas.

Para Cleri, una vez que la Pyme “logró este marco especial que le permite desenvolverse en el mercado, debe aumentar su productividad y su capacidad competitiva”.

No está muy claro cómo vienen funcionando estas dos variables en estos años de protección industrial, básicamente, por lo heterogéneo de la comunidad Pyme.

“Hay empresas muy eficientes en sectores poco competitivos y viceversa. La cadena de valor autopartista de Toyota es muy competitiva y sin embargo un estudio de la terminal reveló que el 95% de sus proveedores presenta sobredimensionamiento de maquinaria”, dice Cleri.

En algunos sectores las ganancias de competitividad se manifiestan a través de la penetración de mercados externos, en otros, por una mayor presencia en el mercado local.

”Estamos recuperando competitividad en el mercado interno, que este año va a comercializar 1,3 millones de bicicletas, el 85 % de las cuales serán de fabricación nacional. Hemos invertido y empleado a mucha gente: en el 2001 el sector ocupaba a 10.000 trabajadores y ahora empleamos a 25 000”, dice Pedro Waisman, director Ejecutivo de CIMBRA (Cámara de Industriales de Motocicletas, Bicicletas, Rodados y Afines).

Según este empresario en el 2004 se importaron 300 mil bicicletas, mientras que el año pasado la cifra redondeó las 30 mil unidades y hasta agosto de este año, se contabilizan 10.500.

Claro que en este caso, la reducción de la participación china en el mercado local, también obedeció a una sucesión de medidas de gobierno, que incluyeron resoluciones anti-dumping, fijación de valores criterios y rechazos por incumplimiento de normas de seguridad.

Las últimas medidas, en tanto, estuvieron dirigidas “a frenar piezas y componentes procedentes de algunos países asiáticos que entran a precio de dumping y son adquiridas por el 40% de los fabricantes del sector que, lamentablemente, trabajan en la economía informal”, admite Waisman.

El empresario agrega que “la administración del comercio exterior que está haciendo este Gobierno está posibilitando mejoras competitivas importantes y aumentos de la productividad en el sector”.

Productividad e innovación

El tema de la productividad en la industria también presenta gran dispersión de comportamientos. Un estudio de Fundación Mediterránea (FM), aseguró que esta variable creció 3,4% el año pasado respecto al 2005, resultado que se explica por el aumento del 8,5% de las cantidades producidas y del 5,2% en la cantidad de obreros utilizados.

FM dice además que la productividad media de 2006 fue un 23,4% superior a la de 1997, pero el resultado no es homogéneo: hay sectores que están muy activos en términos de productividad, mientras que otros registran crecimientos menores o incluso estancamiento.

Con todo, se debe tener en cuenta que la industria está compuesta por empresas de diferentes tamaños y no se puede pretender que una Pyme tenga la misma productividad que una gran empresa que trabaja sobre volumen o escala.

Por cierto que con una mayor productividad las Pymes podrán morigerar el impacto de los costos sobre los precios de venta, además de enfrentar en otras condiciones la pérdida de competitividad por deterioro del tipo de cambio real.

Hace unas semanas, en un seminario que tuvo lugar en Santa Fe, Guillermo Rozenwurcel, ex secretario Pyme de la Nación y actual docente de la Universidad de San Martín, dijo que la competitividad de las PyMEs “se basa fundamentalmente en el tipo de cambio porque la gran mayoría de estas empresas aun no incorporó la innovación a su estrategia de negocios”

La definición parece encerrar una advertencia: si la inflación sigue carcomiendo el tipo de cambio, habrá más pedidos de protección, a menos que haya un click en las prioridades de los empresarios que no invierten para innovar. Pero también muestra un camino: innovar.

Las últimas estadísticas del Observatorio Pyme sobre el tema, revelan que durante el 2006, el 64% de las empresas de la industria manufacturera, realizó alguna acción de innovación, sobre todo en adquisición de tecnología, pero solo una de cuatro empresas aseguró haber realizado actividades de investigación y desarrollo y sólo el 12% adquirió tecnología para mejora de productos y/o procesos.

“Hay buenas ideas y cierta predisposición para innovar, pero para eso las empresas demandan principalmente tres condiciones: crédito a mediano y largo plazo; medidas de política fiscal y una mayor vinculación con la Universidad”, dice Ignacio Bruera, gerente de Investigación de Observatorio Pyme.

En este escenario, Carlos Cleri dice que el mundo Pyme se divide entre “las empresas fuertemente preocupadas por invertir en tecnología, innovar y agregar valor y las que presionan por protección, porque de otra forma no pueden competir”.

Aun cuando se pueda descontar el mantenimiento de un tipo de cambio competitivo para los próximos tiempos, algunos indicios parecen indicar que se tiende a una progresiva reducción del paraguas protector a los sectores más sensibles de la competencia asiática.

Si esta perspectiva se concreta, está claro que un grupo importante de empresas se encontrará en algún momento entre la espada y la pared.