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Por Leonardo Coscia
Un hermano para salvar a otro
28 de enero de 2009
Hace algunos días, la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata ordenó a dos obras sociales que cubra el tratamiento de fertilización con un embrión seleccionado de una pareja que desea obtener células madre que le permitan mejorar la salud de otro de sus hijos, que padece de una grave enfermedad.

En el mismo fallo, los jueces Alejandro Tazza, Jorge Ferro y Juan José Comparato prohibieron el descarte o destrucción de los embriones restantes o su empleo con fines experimentales y para clonación, indicaron fuentes judiciales.

La llegada de un hijo al mundo es siempre motivo de festejo. Un hijo cambia la vida de quienes lo rodean pero si, además, quienes lo rodean necesitan de ese hijo para salvara otro hijo, el deseo es aún mayor.

Por eso, los especialistas destacaron que la selección genética de un embrión que puede ser implantado en el útero materno mediante un tratamiento de fertilidad asistida puede llevarse a cabo utilizando el método de Diagnóstico Genético de Preimplantación que permite descubrir anomalías genéticas de enfermedades congénitas, pero también transferir aquel embrión que sea histocompatible con el hijo enfermo y así poder contar con un donante que cure la afección y le salve al vida.

Distintas técnicas desarrolladas en los últimos tiempos permiten ayudar a un niño enfermo con Anemia de Fanconi, Síndrome De Wiscott-Aldrich, Talasemia, Leucemia y otras enfermedades, trayendo al mundo un hermanito que será HLA, compatible o histocompatible, ya que cuando este niño nace las células madre de su sangre de cordón servirán para salvar a su hermano enfermo.

Esta aplicación del Diagnóstico Genético Preimplantatorio (DGP) es sólo otra de las varias ventajas de estudiar al embrión antes de la implantación.

Sin embargo, para iniciar el procedimiento es preciso analizar otro factor de importancia, la edad de la mujer, ya que la fertilidad y con ella la capacidad de respuesta de los ovarios, declina a partir de los 30 a 35 años para volverse aún más baja al acercarse a los 40.

El procedimiento se llevará a cabo una vez detectado aquellos embriones sanos e histocompatibles, resultantes de la estimulación ovárica realizada a la madre –que permitirá conseguir la mayor cantidad posible de óvulos- que, una vez fecundados, se someterán a una selección genética.

En este punto será preciso escoger a aquellos embriones sanos -que no padezcan alguna enfermedad genética- y que sean histocompatibles con el hermano enfermo, para evitar un posible rechazo.

"Lo importante es que sólo necesitamos de una célula para realizar el estudio, el desafío de esta técnica es a partir de una única célula saber cuáles son sanos genéticamente e histocompatibles. El diagnóstico genético preimplantatorio permite seleccionar un embrión genéticamente idéntico. Antes de transferirlo, se realiza esta técnica al embrión cuando está en estadío de 8 células (72 horas) y al día siguiente o a las 48 horas ya podrá saberse si ese embrión es sano e histocompatible", explica Sergio Pasqualini, Director de Halitus Instituto Médico.

Pero, también es preciso hablar de los embriones restantes. Las opciones posibles que se presentan son: la criopreservación, que posibilitará la búsqueda de un nuevo embarazo en el futuro, o bien la decisión de donar los embriones a otras parejas con problemas de fertilidad. Si bien algunos no serán sanos y detendrán naturalmente su evolución, los que fueran sanos pero no histocompatibles pueden congelarse para futuros tratamientos de esa misma pareja o pueden donarse a otra pareja que los necesitara.

Aunque esta última resulte hoy día una decisión controversial es preciso tener presente que la única opción éticamente incorrecta es la del descarte de embriones. Y también es indispensable no perder de vista que, cualquiera sea la opción elegida, será siempre una decisión de la pareja. Esta nueva situación muestra una vez más que la regulación de estas técnicas mediante una ley no prohibitiva es cada vez más necesaria.

Fuera de Argentina

En Alemania, la ley únicamente permite el uso de DGP para implantar ese embrión y lograr el embarazo. En Inglaterra, por otra parte, está permitido realizar el DGP para detectar enfermedades genéticas e implantar únicamente aquellos embriones sanos en el útero materno y recientemente fue utilizado para asegurarse no sólo que fuera sano sino que además fuera donante compatible para salvar a un hermano que sufría una enfermedad incurable. Sin embargo, dejó asentado que se evaluará cada caso en particular.

En Holanda, por otra parte, si bien la ley hoy limita la aplicación de técnicas de fecundación artificial a fines reproductivos, aunque los embriones sobrantes pueden ser usados para investigación con el permiso de los padres, se está evaluando legalizar la producción de embriones in Vitro como fuente de células madres para trasplantar a pacientes con enfermedades degenerativas. Este procedimiento ya se practicaba en Bélgica con éxito.

Y en febrero de 2006, el procedimiento de seleccionar entre varios embriones aquel que sea compatible con un hijo enfermo de la misma pareja para que sus células madre del bebé recién nacido puedan ser el remedio para el hermano mayor fue aprobado por ley en España. En octubre del 2008 nació en España Javier, el primer bebé seleccionado genéticamente para salvarle la vida a su hermano Andrés, que padecía de Beta Talasemia e inició un nuevo camino en el uso de las técnicas de DGP.