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Por Roberto Aguirre Blanco
Fotocopiada o repetida: el nuevo debate de la TV
13 de abril de 2011
El retorno a las pantallas de Nicolás Repetto generó una gran polémica en varios espacios televisivos por un simple comentario del animador que dictaminó que la TV actual no le gusta y le "faltan ideas", a partir de la proliferación de programas de archivo.

Ese simple comentario, que define una postura de alguien que siempre intentó renovar con sus propuestas la pantalla chica, puso en guardia y en una defensa feroz a quienes desde ese tipo de programas ocupan espacios centrales.

Desde esa trinchera, las acusaciones contra Repetto son también hirientes al sostener que el conductor "hace años que no logra un éxito" y su fama actual es parte de la historia de sus logros.

De hecho algo de cierto hay ya que a partir de mayo Nico regresa a la pantalla de Telefe con un "renovado" programa : el viejo "Sábado Bus", aunque prometen que aggiornado.

Este fue el último gran éxito de Repetto y data de hace una década cuando estaba en la pantalla caliente del canal de las pelotas, y que luego perdió fuerza, cuando con el mismo modelo pasó a El Trece.

Desde programas como "Bendita" se puso en el blanco a Repetto y sus sucesivos fracasos --su último programa de trasnoche de sábado en El Trece duró apenas dos meses-- para bombardear su opinión sobre la proliferación de programas de archivos.

Ya convertido en un clásico y en horario centrales, las ideas de la actual TV, que transita por sus 60 años, es de repetir hasta el cansancio lo que generan otros programas de gran audiencias y desde un lugar de panel tirar algún comentario ingenioso. Barato y sin exceso de creatividad.

"No solo repiten lo que digo, sino que además me critican" comentó un periodista que es habitual abonado por sus salidas a este tipo de propuestas, que ocupan en la actualidad casi el 40 por ciento de la programación semanal.

A falta de ideas, unos apuestan por mirarse y "buchonearse" a diario en un modelo que inventó Raúl Portal hace ya 17 años y otros, a falta de imponer ideas nuevas, regresan con recetas supuestamente seguras.

Lo cierto es que ni uno ni otro renuevan una pantalla que cada vez parece menos creativa y que, en pocos casos, logra conmover al espectador, cada vez más pasivo y menos sensible a los que le devuelve la caja boba.