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28 de marzo de 2024
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Por Roberto Aguirre Blanco
La TV fotocopiada se está quedando sin tonner
5 de octubre de 2008
La repetición hasta el hartazgo del escupitajo de Sabrina Sabrok a Jorge Laufaci, con más minutos de pantalla que el caos de la economía mundial, es una nueva demostración de que a la televisión argentina le faltan ideas como le sobran copias de la misma secuencia.

Este hecho sólo fue un ejemplo más de que la pantalla chica local apuesta a “robarse” imágenes de un programa a otro –en realidad los tres o cuatro que generan rating- para llenar espacios con situaciones que ese propio ciclo esta incapacitado para generar.

Debemos aceptar que algunos de ellos, especialmente “TVR” o “Zapping”, ambos en el mismo horario de los sábados por la noche, pueden generar las ganas de los espectadores a sentarse y reírse un rato de la TV completa, pero al rato, también es verdad, todo cansa, porque ya fue visto antes.

Los espectadores son sometidos a cinco horas diarias de programas de repetición de imágenes –todos en horario central- más cinco ciclos, que en el contexto de su armado, se permiten repetir secuencias.

Es el caso de los programas de “chimentos” más los magazines de la mañana que hacen de la copia fiel la estructura de sus ciclos con el aditamento de generar debates con sus protagonistas.

A estos se suman también programas ya dedicados exclusivamente al respecto los sábados y domingos, más otros que bajo la máscara de “lo mejor de la semana”, llenan barato los espacios pocos rentables de los fines de semana.

Algún aventurado –de poco criterio es cierto- quiso poner a estos programas como los nuevos ciclos humorísticos de la TV nacional, simplemente por una edición ingeniosa o un contexto de ese estilo.

Señores: el humor es otra cosa, y la comicidad en televisión, con tantos ricos antecedentes desde la televisión en blanco y negro con “La Tuerca”, “Viendo a Biondi” y “Telecómicos”, entre otros, más las genialidades de Tato Bores, Jorge Porcel, Juan Carlos Altavista y Alberto Olmedo, merecen repensar ese concepto tan equivocado.

Lo que se hace hoy es simplemente copiar, “refritar”, llenar espacios sin concepto alguno bajo la idea de analizar la televisión. Si eso es humor, es del estilo más pobre que podamos haber conocido.

En ese contexto, la gente se está cansando, el modelo comienza a aburrir y el mal gusto –más aún con la repetición incansable- hace que el “zapping” esté caliente y muchos muden sus gustos al cable, que tiene un mayor encendido en los últimos meses.

Alguna vez desde un proscenio importante los actores reclamaron a viva voz “queremos actuar”, para recuperar espacios perdidos en la televisión.

Ahora los espectadores quieren dejar de estar mudos y piden “nuevas ideas” para impedir que la TV se siga repitiendo como una fotocopia cada vez más borroneada, ante la falta de creatividad.

Ahora los espectadores quieren dejar de estar mudos y piden “nuevas ideas” para evitar que la TV siga siendo una fotocopia cada vez más borroneada ante la falta de creatividad.

- Perdón, la influencia de este estilo de TV también hace estragos en esta columna, sepan ustedes entender.