26 de abril de 2024
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Por Roberto Aguirre Blanco
Las divas son también la voz de la gente
6 de diciembre de 2008
El glamoroso living de Susana Giménez y la mesa sazonada de actualidad de Mirtha Legrand se han convertido en tribunas de quejas y caja de resonancia de la gente, con sus planteos, opiniones y pasadas de factura a los responsables de gobernar.
En realidad, los temas que allí se tratan son los que a la mayoría de la gente le importan: la inseguridad, la falta de empleo, el destino de los fondos públicos y la necesidad de una mirada más profunda sobre los temas comunes por parte de los dirigentes.
Si bien no apuntan a figuras especificas, los temas rozan las decisiones de las dos cabezas notorias de este gobierno, Cristina Fernández y el ex presidente Néstor Kirchner.
En su living, Susana se ha quejado en varias oportunidades de la falta de seguridad y hasta aclaró que así “En la Argentina no se puede vivir”, además de reclamar que no se “le mienta” más a la gente con planes “sin futuro”.
En estos últimos días, la diva alzó la voz sin ponerse colorada, y sacó a relucir una vez más la vigencia de la famosa frase de Luis Barrionuevo en los inicios de la década del noventa: “Aquí hay que dejar de robar por dos años”.
Luego planteó que mucha gente “la está pasando mal” y “nadie hace nada” y se rió con ironía del plan del gobierno nacional de repatriar fondos al sostener que “ese dinero que quieren que vuelva no irá a la gente”.
Entre “¡bonito!” y elogios como “¡me muero!”, Susana baja a tierra y dispara con munición gruesa sobre temas que a la gente le interesan y no tiene en los medios personajes que asuman el rol de expresarlos.
Desde hace tiempo Mirtha Legrand ha hecho de su mesa de almuerzos un bunker de preguntas incómodas a varios funcionarios que se animan a visitarla, además de aprovechar otros invitados para decir las cosas que no le gustan y llamativamente coinciden con la voz popular.
La inseguridad es uno de sus temas recurrentes y allí tiene que hacer uso del diálogo directo con los espectadores ante la falta de presencia de funcionarios oficiales, que huyen de estos encuentros televisivos donde quedan expuestos ante el golpe directo de Mirtha.
Quizás la ausencia de estos funcionarios se deba también a imaginar lo que les puede esperar cuando concurren las figuras del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, con Mauricio Macri a la cabeza.
Mirtha no sabe de derechas o de izquierdas, por suerte, y si bien seduce con su glamour a los hombres PRO que no rechazan sus invitaciones, y aleja a los “progres” del oficialismo, la señora no se casa con nadie.
Macri sintió en carne propia como se le atragantaba la centolla cuando la “Chiqui” le cuestionó la suciedad de la ciudad y no aceptó justificativos al sostener “la veo con mis propios ojos, nadie me lo cuenta”.
Mirtha es una de las críticas más severas de la gestión de Macri y no duda en sostener que la gente está "molesta" con algunas decisiones y también apunta su dardos a la falta de resolución de temas graves del gobierno nacional.
En las últimas horas se sumó a esta cruzada de la voz del pueblo el animador “Chiche” Gelblung, quien fue testigo de cómo el hombre que lo asaltó en su casa a punta de pistola una madrugada de hace meses, salió en libertad pocas horas después de ser detenido, por la misma puerta donde el periodista ingresó al juzgado para notificarse ante el juez.
“Le dieron eximición de prisión porque garantizó que no va a entorpecer el proceso judicial. Es una barbaridad”, se quejó colérico “Chiche” en la noche del pasado viernes en su programa de Canal 26.
El periodista dijo que el asaltante fue reconocido por la policía y su familia como el que ingresó a su casa y apuntó a toda la familia, y según estableció ahora “está libre y puede volver a robar o ¿ustedes (hablando a los espectadores) creen que no lo hará?”.
Gelblung dijo que poco le importa lo robado y reconoció que un ex guardaespaldas personal fue el ideólogo del asalto.
Sin embargo, planteó que tenía la obligación de quejarse en público porque él puede hacerlo, y las personas comunes “que sufren a cada hora de estos hechos nadie los escucha”.
El gobierno nacional ya demostró su preocupación por la fuerza de los medios de comunicación, más aún cuando no apoyan sus ideas y resaltan los errores y problemas.
De pequeño uno sabía que lo que se veía en televisión tenía, desde la opinión, una gran carga de verdad. Se puede disentir, discutir y polemizar. Jamás pensar que no refleja la opinión de las mayorías, porque como lo políticos, los que están allí son producto de nosotros mismos.
Bienvenida la voz del pueblo en las bocas de las divas más populares. Eso también es Democracia.
En realidad, los temas que allí se tratan son los que a la mayoría de la gente le importan: la inseguridad, la falta de empleo, el destino de los fondos públicos y la necesidad de una mirada más profunda sobre los temas comunes por parte de los dirigentes.
Si bien no apuntan a figuras especificas, los temas rozan las decisiones de las dos cabezas notorias de este gobierno, Cristina Fernández y el ex presidente Néstor Kirchner.
En su living, Susana se ha quejado en varias oportunidades de la falta de seguridad y hasta aclaró que así “En la Argentina no se puede vivir”, además de reclamar que no se “le mienta” más a la gente con planes “sin futuro”.
En estos últimos días, la diva alzó la voz sin ponerse colorada, y sacó a relucir una vez más la vigencia de la famosa frase de Luis Barrionuevo en los inicios de la década del noventa: “Aquí hay que dejar de robar por dos años”.
Luego planteó que mucha gente “la está pasando mal” y “nadie hace nada” y se rió con ironía del plan del gobierno nacional de repatriar fondos al sostener que “ese dinero que quieren que vuelva no irá a la gente”.
Entre “¡bonito!” y elogios como “¡me muero!”, Susana baja a tierra y dispara con munición gruesa sobre temas que a la gente le interesan y no tiene en los medios personajes que asuman el rol de expresarlos.
Desde hace tiempo Mirtha Legrand ha hecho de su mesa de almuerzos un bunker de preguntas incómodas a varios funcionarios que se animan a visitarla, además de aprovechar otros invitados para decir las cosas que no le gustan y llamativamente coinciden con la voz popular.
La inseguridad es uno de sus temas recurrentes y allí tiene que hacer uso del diálogo directo con los espectadores ante la falta de presencia de funcionarios oficiales, que huyen de estos encuentros televisivos donde quedan expuestos ante el golpe directo de Mirtha.
Quizás la ausencia de estos funcionarios se deba también a imaginar lo que les puede esperar cuando concurren las figuras del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, con Mauricio Macri a la cabeza.
Mirtha no sabe de derechas o de izquierdas, por suerte, y si bien seduce con su glamour a los hombres PRO que no rechazan sus invitaciones, y aleja a los “progres” del oficialismo, la señora no se casa con nadie.
Macri sintió en carne propia como se le atragantaba la centolla cuando la “Chiqui” le cuestionó la suciedad de la ciudad y no aceptó justificativos al sostener “la veo con mis propios ojos, nadie me lo cuenta”.
Mirtha es una de las críticas más severas de la gestión de Macri y no duda en sostener que la gente está "molesta" con algunas decisiones y también apunta su dardos a la falta de resolución de temas graves del gobierno nacional.
En las últimas horas se sumó a esta cruzada de la voz del pueblo el animador “Chiche” Gelblung, quien fue testigo de cómo el hombre que lo asaltó en su casa a punta de pistola una madrugada de hace meses, salió en libertad pocas horas después de ser detenido, por la misma puerta donde el periodista ingresó al juzgado para notificarse ante el juez.
“Le dieron eximición de prisión porque garantizó que no va a entorpecer el proceso judicial. Es una barbaridad”, se quejó colérico “Chiche” en la noche del pasado viernes en su programa de Canal 26.
El periodista dijo que el asaltante fue reconocido por la policía y su familia como el que ingresó a su casa y apuntó a toda la familia, y según estableció ahora “está libre y puede volver a robar o ¿ustedes (hablando a los espectadores) creen que no lo hará?”.
Gelblung dijo que poco le importa lo robado y reconoció que un ex guardaespaldas personal fue el ideólogo del asalto.
Sin embargo, planteó que tenía la obligación de quejarse en público porque él puede hacerlo, y las personas comunes “que sufren a cada hora de estos hechos nadie los escucha”.
El gobierno nacional ya demostró su preocupación por la fuerza de los medios de comunicación, más aún cuando no apoyan sus ideas y resaltan los errores y problemas.
De pequeño uno sabía que lo que se veía en televisión tenía, desde la opinión, una gran carga de verdad. Se puede disentir, discutir y polemizar. Jamás pensar que no refleja la opinión de las mayorías, porque como lo políticos, los que están allí son producto de nosotros mismos.
Bienvenida la voz del pueblo en las bocas de las divas más populares. Eso también es Democracia.