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26 de abril de 2024
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Traer la vacuna rusa cuesta 20% más caro que la china
El dato surge de lo que pagó hasta ahora el Gobierno argentino por los vuelos. Influyen las dosis disponibles y la conservación en frío de las vacunas. Cuál es la vacuna con menos costo
15 de junio de 2021
En medio de una logística que moviliza decenas de millones de dólares, el costo de transportar las vacunas empezó a convertirse en un tema clave para los distintos países.
A la hora de evaluar el costo de las vacunas contra el coronavirus, no sólo es importante el precio de cada dosis, sino también es clave cuánto impacta la logística sobre el precio final.

Por ahora, la vacuna más eficiente de todas ha sido la Covishield. Entre las disponibles en la Argentina, le sigue la de Sinopharm y por último se ubica la Sputnik V.

Según un análisis publicado por Clarín, que comparó los costos de los vuelos que trajeron cada lote, en el caso de Sinopharm ese costo es de 0,00034 centavos de dólar (3,4 dólares cada 10 mil vacunas); con la Sputnik V, el valor es de 0,00041 centavos (4,1 cada 10 mil).

Moscú, donde se cargan lasSputnikV, queda a 17.334 kilómetros de Buenos Aires. Beijing dista de la Argentina 18.898km. Esto significa que, pese a que el recorrido es 1.564 kilómetros más corto, traer las dosis desde Rusia es un 20,6% más caro.

El análisis fue realizado sobre la base de información pública, en la que el Gobierno detalla el costo de cada vuelo realizado. Lo que no figura allí es cuántas dosis traía cada avión, algo que Clarín cruzó en cada caso con información que también es pública.

La pregunta es por qué sucede esto. Fuentes de Aerolíneas Argentinas lo asociaron a la “eficiencia de la logística” que permite cada vacuna.

“Con la de Sinopharm se pudo traer hasta un millón de dosis en un vuelo. Con la Sputnik V el promedio es de 500 mil y lo máximo fue 800 mil”, explicó.

Al observar la lista de vuelos y la carga que traían, el primer lote que arribó desde Rusia en diciembre contenía sólo 300 mil dosis (se pagó 304.570 dólares), que eran las que estaban disponibles en ese momento.

Los siguientes vuelos desde Moscú, de enero y febrero, fueron de 300 mil, 220 mil y 400 mil dosis.

El primer embarque desde China, en cambio, fue de 904 mil vacunas (se pagó 428 mil dólares). Y luego hubo otros dos vuelos de un millón de dosis cada uno a comienzos y a fines de abril. El millón restante de esos primeros 4 millones de Sinopharm llegaron en tres vuelos más.

En el caso de la Sputnik V, para completar esa misma cantidad de dosis se necesitaron 10 vuelos. Esto hace que el costo del viaje por vacuna sea de 0,72 dólares para el casos de la Sputnik V y de 0,65 dólares, para Sinopharm. Es decir, 10% más la rusa. Pero si eso se articula con la diferencia de kilómetros entre una procedencia y otra, el porcentaje se duplica.

La diferencia de precio por el traslado, si se calcula sobre los 20 millones de dosis que tiene el contrato inicial con el Instituto Gamaleya, daría un total de 1.394.460 dólares. Al traducir eso en cantidad de vacunas rusas, el costo de la “ineficiencia” serían unas 140 mil dosis.

La vacuna más eficiente desde el punto de vista logístico fue la Covishield, que a pesar de haber llegado desde la India (15.917 kilómetros de distancia) el precio del flete por dosis fue de 0,04 centavos de dólar.

¿Por qué la Sinopharm permite una eficiencia logística superior a la Sputnik V y a su vez la Covishield permite un ahorro aún superior a las otras dos? Hay tres causas.

La primera es la disponibilidad de dosis. La segunda, la forma en la que vienen presentadas. Por último, los requerimientos de refrigeración.

“Cuando la Sputnik viene en una dosis por vial, en un avión entran 300 mil dosis. Cuando vienen cinco dosis por vial, entran hasta 800 mil. En el caso de la Covishield vienen 10 dosis por vial. Eso permite traerlas en un vuelo de línea, lo que implica una gran reducción en el costo”, explicaron desde Aerolíneas.

El otro punto clave es la tecnología que se utiliza para la refrigeración. En el caso de la Sputnik V, casi que ocupa más espacio ese requerimiento que el volumen de las vacunas en sí. Deben conservarse a una temperatura de -18 a -20 grados. Las chinas necesitan entre 2 y 8 grados.

Las Sputnik llegan en contenedores tipo “thermobox” y precisan de una carga adicional de refrigeración. Las de Sinopharm, en cambio, cuentan con la tecnología “envirotainer”, que utiliza una batería para enfriar las vacunas y eso hace que el contenido de dosis sea mayor.

Otra limitación de la vacuna china es que, por su tamaño, el contenedor envirotainer sólo puede ser trasladado en la bodega y nunca en la cabina del avión.

El embalaje de la Sputnik V sí lo permite. Así y todo, el saldo arroja que los costos de la vacuna china han sido más convenientes que los de la rusa. Por eso, cuando el Gobierno pide que le “cierren la cuenta” de cada vacuna, las diferencias de precio entre unas y otras se reducen. El costo de cada dosis rusa (10 dólares), al adicionarle el plus del traslado deja de ser la mitad que el de la china (20 dólares).

En cuanto a la cantidad de dosis disponibles en el punto de origen, los lotes chinos han sido más generosos que los rusos. Eso se vincula a cuánto pudo entregar el proveedor para aprovechar al máximo cada vuelo. A veces los aviones volvieron de Rusia llenos. Otras, holgados porque no había más vacunas para traer.

Las Sinopharm vienen envasadas y embaladas de manera tal que se pueden cargar más.