A 40 días de las elecciones el tema del acceso a la vivienda propia no figura en la plataforma de partido alguno. No se escucha a los políticos hablar del tema.

¿Lo desconocen, les falta interés o, en realidad, es que no suma votos, sobre todo, provenientes de los sectores más necesitados que son los más numerosos? En definitiva, lo arregla el puntero de turno, situación de larga data en la que nada cambió.

Conseguir una vivienda social es como ser dueño de un billete de lotería premiado, suelen decir los afortunados que la tienen.

¿Cuál es el déficit habitacional hoy? Dato incierto, ni siquiera existen aproximaciones, tampoco es posible inferirlo a través de los Censos Nacionales de Población, sobre todo, después de la crisis del 2001. Son datos del Indec.

Lo peor es que se sigue mencionando que el déficit es de tres millones de viviendas, de los cuáles un millón es el déficit crítico (faltante), el resto está compuesto por aquellas que requieren un cuarto o dos más para solucionar el hacinamiento, y las que necesitan reparaciones de distinto tipo para ser realmente habitables.

Necesitan cambios de techos por el tema del Chagas y ahora por el dengue, mejoramiento o construcción de baños en lugar de letrinas, cocinas y todas aquellas mejoras para impedir que en lugar de cobijar y proteger a sus habitantes, la convierten en la �casa que enferma�.

En 1948 el derecho a una vivienda adecuada fue inscripto en la Declaración Universal de Derechos Humanos, definiendo que es algo más que tener un techo para cobijarse, sino que �significa disponer de un conjunto de elementos referidos a la seguridad jurídica de la tenencia; disponibilidad de los servicios, materiales adecuados e infraestructura; precios razonables; vivienda habitable; durabilidad estructural, iluminación, ventilación y calefacción suficientes, acceso a la vivienda y adecuación a la identidad cultural�.

En la reforma de la Constitución Nacional de 1957, en el artículo 14 bis, se agregó que el "acceso a una vivienda digna obliga al Estado a crear las condiciones económicas y los regímenes crediticios que permitan el ejercicio cierto del derecho natural a ser propietario, especialmente para aquéllos de menores recursos�.

En 1996, en Estambul, en la Convención de Naciones Unidas Hábitat II, Pobreza y Vivienda, se definió que el concepto de vivienda digna también está referido a su ubicación expresada en términos de accesibilidad a servicios, transporte, medio ambiente adecuado, entre otros; también referidos a elementos urbanos que vinculan a la vivienda con derecho a la ciudad que contribuyen a la eliminación y/o disminución de la agresividad y violencia urbana y otros flagelos�.

¿Existió o existe actualmente en la Argentina realmente una Política de Vivienda?

En el contexto actual, la realidad es que hay una gran demanda latente y una escasa capacidad de pago de una buena parte de las familias que requieren solucionar su problema de vivienda.

Es el momento ideal para ocuparse del tema, pero... Los políticos parecen estar tan obnubilados que, francamente, como admiten muchos por lo bajo sin ponerse colorados, "total la gente siempre se arregla y encuentra algún agujero dónde vivir"...