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26 de abril de 2024
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Por Sofía Wachler
Tomas de tierras y predios: nada nuevo bajo el sol
20 de diciembre de 2010
¿El tema de las tomas de tierras no tiene solución? Parece imparable y existe una enorme preocupación en la población, innegable para todos los argentinos que nos merecemos festejar las fiestas navideñas y de fin de año en paz...

En 1907 se generó la famosa huelga de inquilinos en los conventillos de la ciudad de Buenos Aires, como reacción ante la decisión de la Municipalidad de anunciar un aumento de impuestos, que derivó en un incremento de alquileres.

Comentarios de la época señalaban que “de conventillo a conventillo se extendió rápidamente la idea de no pagar, y en pocos días la población proletaria en masa se adhirió a la huelga”.

En la “huelga de inquilinos” de 1907 las mujeres estuvieron particularmente presentes en el conflicto, para ellas el conventillo condensaba el ámbito doméstico y el laboral: la defensa de la vivienda para muchas mujeres implicaba simultáneamente la de sus lugares de trabajo: la `pieza no sólo era comedor-dormitorio sino el sitio en donde se encontraba la máquina de coser, fuente de trabajo y frecuentemente pilar fundamental de la subsistencia de la de la familia”.

También en 1907 se creó el Departamento Nacional del Trabajo, y en sus dos primeros Boletines hace referencia al problema de la habitación obrera: rebaja del 30% de los alquileres; abolición de toda clase de garantía salvo la de cobrar el mes adelantado; compromiso de no desalojar a los inquilinos cuando no mediase falta de pago de uno o más mensualidades; mejora de las condiciones higiénicas de la casa.

Durante la huelga se produjeron numerosos hechos de violencia, al resistir los huelguistas el desalojo que impulsaban los propietarios ante los tribunales judiciales y la policía pretendía hacer cumplir.

Pero los desalojos comenzaron a ser imposibles de implementar por la resistencia vecinal y por estar involucrada una buena parte de la población en las medidas.

El conflicto duró tres meses y cuando los enfrentamientos callejeros recrudecieron asesinaron a Miguel Pepe, un orador y activista anarquista de 15 años, cuyo entierro derivó en una manifestación multitudinaria, como último acto de la huelga.

Si bien algunos conventillos obtuvieron un resultado positivo por sus reclamos, el balance general terminó en una derrota del movimiento de inquilinos, debido a que se continuaron los desalojos y no se rebajaron en la mayoría de los conventillos los precios de los alquileres, lo cual redundó en que muchas familias quedaran en la calle.

Los alquileres volvieron a subir en 1908.

Como decía el historiador inglés Arnold J. Toynbee: “La historia se repite”. ¿Tendrá razón?

Ahora son los inquilinos de las villas quienes se rebelan frente al excesivo precio de los alquileres...