Delfina Pignatiello irrumpió en la natación con la fuerza de una ola y se convirtió en la esperanza de una nadadora argentina en la elite se imprimió en su frente y sus tres medallas doradas en los Juegos Panamericanos de Lima, que se sumaron a esas dos de plata de sus consagratorios Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires del año anterior, lo confirmaron.

Sin embargo, una pandemia de por medio que la obligó a nadar en la pileta de su casa -y a pedir por el regreso a los entrenamientos en pleno confinamiento-, críticas injustas en Tokio 2020 el año pasado y nuevas ilusiones de por medio provocaron una reacción inesperada para aquellos ajenos a su círculo íntimo: su retiro a los 22 años.

La nadadora de San Isidro sorprendió a propios y extraños este viernes al anunciar que deja el deporte de alto rendimiento. Lo hizo a través de una carta pública que publicó en su cuenta de Instagram.

"Quisiera contarles que hace unos meses tome la decisión de hacer un paso al costado del alto rendimiento y la competencia", sorprendió con un largo posteo.

Y siguió: "Me compré una cámara de fotos y emprendí un camino artístico el cual estoy explorando con mucha curiosidad, ganas de aprender y seguir creciendo. El deporte forma parte de mi vida desde otro lado, sigo nadando y estar en el agua seguirá siendo siempre mi lugar en el mundo".

La joven había asomado con fuerza como campeona mundial juvenil y había brillado en los Juegos Olímpicos de la Juventud ​que se celebraron en Buenos Aires 2018 con dos medallas plateadas.

Ya compitiendo entre adultos, ganó tres oros en los Panamericanos de Lima 2019, pero tuvo una muy mala experiencia en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que se celebraron el año pasado, en donde estuvo lejos de sus mejores marcas y comenzó a sufrir ataques de haters en redes sociales, que creían (sin tener idea de lo que implica esa competencia) que debía incluso ganarse una medalla por lo realizado en Lima y que la llevaron a alejarse momentáneamente de las competencias.
rb