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El daño que causa el estrés extremo en los niños
6 de octubre de 2008
Por Carina Barber

Niveles altos de estrés en los niños pueden causar daños en el área cerebral relacionada con la memoria y las emociones.

Científicos de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, descubrieron que esa zona, el hipocampo, se había encogido en niños con Trastorno de Estrés Postraumático.

El estrés postraumático es un trastorno que se origina tras haber sufrido u observado un acontecimiento altamente traumático, como un atentado, accidente o violencia, en el que el niño se haya sentido en peligro o haya temido por otras personas.

El estudio, que publicó la revista “Pediatrics”, asegura que un hipocampo debilitado podría limitar la capacidad del niño para enfrentar el estrés y aumentar la ansiedad.

También encontró en la sangre de los niños niveles más altos de la hormona del estrés, llamada cortisol.

Estudios anteriores realizados en animales han demostrado que esta hormona destruye las células del hipocampo.

Los científicos dicen que puede crear un círculo vicioso en el que altos niveles de cortisona causan más daños en el hipocampo, lo que a su vez eleva la ansiedad.

Creen también que el daño frecuente al hipocampo podría prolongar los síntomas del estrés e interferir con la terapia de los niños.

Los científicos subrayan que no están hablando del estrés relacionado con las tareas escolares o con las peleas familiares normales. "Para provocar ese daño cerebral el estrés debe ser extremo", explican.

Los niños estudiados por los investigadores sufrían este trastorno como resultado de abuso físico, emocional o sexual, o porque habían sido testigos de violencia o experimentado una separación o pérdida importante.

Los expertos afirman que es fundamental entender por qué algunos niños parecen ser más fuertes frente al estrés que otros, así como cuáles son los efectos a largo plazo del estrés extremo.

Se sabe que los genes y el medio ambiente de una persona juegan un papel importante en su desarrollo y actitud ante la vida.

Y también se conoce que haber sufrido estrés postraumático siendo niño aumenta los riesgos de depresión y ansiedad durante la adultez.

Calculan que una de cada 10 personas podría desarrollar trastorno de estrés postraumático en algún momento de su vida.

Los científicos planean llevar a cabo más investigaciones para desarrollar terapias más efectivas e individualizadas para ayudar a los niños que sufren este trastorno, con el objetivo de poder darles un futuro mejor.