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Por Carina Barber
Sexo: cura de un trastorno en aumento
11 de noviembre de 2008
El estrés es un trastorno que se presenta cuando las demandas de la vida se sienten demasiado difíciles. Es la respuesta del cuerpo a condiciones externas que perturban el equilibrio emocional de la persona. En esta reacción participan casi todos lo órganos y funciones del cuerpo, incluidos el cerebro, los nervios, el corazón, el flujo sanguíneo, el nivel hormonal, la función muscular y la digestión.

Es un trastorno que padecen millones y millones de personas en todo el mundo, y que puede causar a largo plazo alteraciones en la salud física, mental y emocional, si no se le pone remedio lo antes posible.

De acuerdo con algunas investigaciones recientes y la opinión de destacados expertos, hacer el amor no sólo ayuda a afrontar las situaciones que provocan tensión nerviosa, sino que además fomenta que el organismo segregue hormonas relajantes y revitalizadoras.

Es lo que afirma el médico naturista Santiago de la Rosa, de Madrid, quien señala que "mantenerse activo entre las sábanas aporta un rápido y placentero empuje de energía, y es una valiosa ayuda natural para manejar y aliviar el estrés".

El orgasmo aumenta los niveles de la hormona oxitocina, la cual revitaliza a la persona temporalmente, y el sexo aumenta el riego sanguíneo y la oxigenación pulmonar, así como la producción de endorfinas, otras hormonas que mejoran el estado de ánimo. Hacer el amor también es un buen relajante e inductor del sueño.

"Si ha relegado el sexo al último lugar en su lista de opciones, adelántelo unos cuantos puestos, y jamás lo desestime por falta de tiempo, porque ello es un ataque a su vitalidad", señala. Si no se está de ánimo en la cama, este experto aconseja probar con un abrazo, ya que los niveles de oxitocina se elevan incluso con las caricias, pero "si no se siente deseo, es mejor dejarlo para otro día, para que la sexualidad no se convierta en una exigencia más o un hacer mecánico".

Para el psicoterapeuta transpersonal José María Doria, "desarrollar actividades placenteras como el sexo es saludable, porque ayudan a generar endorfinas: una sustancia que segrega nuestro cerebro, aumenta nuestro bienestar y es una fuente natural de salud, vitalidad y regeneración".

"Cuando una persona practica actividades que le dan placer o siente satisfacción ante un estímulo, su organismo segrega estos compuestos hormonales que no sólo elevan las defensas orgánicas ante las enfermedades, degeneración celular e infecciones, sino que además aumentan el bienestar, combaten el estrés y alivian el dolor", asegura.

Es una buena excusa para sacar provecho de todo el potencial que tiene la sexualidad.